«Para la inauguración buscaban a alguien que se vistiera con el traje regional y mi jefa me eligió a mi. Así que yo corté la cinta roja con el alcalde José Atarés», explica con nostalgia Marta Fernández, encargada de la tradicional tienda de La Parisien, al recordar el día del estreno oficial del proyecto de peatonalización de la calle Alfonso I.

Este establecimiento forma parte de la historia de la arteria del Casco Histórico de Zaragoza. Marta empezó a trabajar aquí cuando solo tenía 16 años y ha estado al cargo ya de tres generaciones de este negocio familiar. «Llevo toda una vida aquí», asegura.

En sus 25 años de trayectoria profesional en La Parisien ha conocido el antes y después que supuso la desaparición de los coches. «La obra quedó muy bien. A mi modo de ver fue un cambio muy positivo y al comercio le ha ido muy bien. Le ha dado vida, los peatones van más tranquilos», reflexiona.

Este comercio centenario, situado casi a los pies del Pilar -en el número 27 de la calle-, es de los pocos tradicionales que quedan abiertos. «Los alquileres han subido mucho, no es fácil aguantar», apunta.

En sus 29 metros cuadrados muy bien aprovechados se puede encontrar todo tipo de complementos de novia (velos, cancanes, adornos para el pelo...) y de indumentaria aragonesa, como mantones o medias. La Parisien se reinventó en el 2006, cuando puso en marcha su tienda on line con más de 1.500 referencias, lo que le ha permitido capear los malos tiempos del pequeño comercio. j. H. P.