Sin ataduras. Con diálogo permanente y sin deudas a plazo. Así quiere gobernar José Luis Rodríguez Zapatero los próximos cuatro años. Y está convencido de que puede hacerlo. Con los 164 diputados que le ha otorgado el voto de casi 11 millones de españoles --le faltan 12 escaños para alcanzar la mayoría absoluta--, el vencedor del 14-M está dispuesto a acudir a la investidura a pecho descubierto, sin ofrecer nada a cambio a los que opten por apoyarle.

El líder del PSOE se reunió ayer con la ejecutiva de su partido para valorar la victoria de la víspera y dar una sola instrucción a la cúpula socialista: "Ahora, más humildad que nunca". Al término del cónclave, confirmó ante los periodistas que hará "un Gobierno monocolor". Y anunció que sería un Ejecutivo "eficaz, solvente, austero, dialogante y tolerante". También reiteró que gobernará "para todos", porque es consciente que entre los 11 millones de ciudadanos que le han votado hay "sensibilidades distintas".

Desde hoy hasta la constitución de las Cortes y la posterior propuesta del Rey al Congreso para que se vote un presidente, Zapatero mantendrá reuniones con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Serán encuentros casi de cortesía, en los que el líder del PSOE pretende "explicarles los elementos esenciales del programa de Gobierno" que tiene previsto aplicar. Ningún apoyo en la votación de investidura será despreciado, pero ninguna fuerza política recibirá contraprestaciones por votar a favor de Zapatero, según fuentes de la cúpula socialista.

OFERTAS Aunque al PSOE le faltan 12 diputados para la mayoría absoluta, ya le sobran ofertas para completarla. Tanto CiU como ERC han ofrecido sus respectivos escaños a Zapatero si se aviene a apoyar la reforma estatutaria que ambos desean para Cataluña. Zapatero dejó claro que mantendrá contactos con todos los grupos de la Cámara baja "no por la investidura", sino como muestra del "nuevo talante" que promete tener desde la presidencia.

El amplio respaldo obtenido por el PSC en Cataluña debe mover a la reflexión, según Zapatero, que dijo ser "consciente" del caudal de votos que esa autonomía le ha otorgado. Pero quien más debe sacar consecuencias de lo que ha pasado "es el PP", porque ha perdido la mitad de sus apoyos, afirmó ayer Zapatero. El líder del PSOE señaló que las fuerzas que integran el tripartito catalán han sido generosamente premiadas por el electorado .

Pasqual Maragall reconoció ayer en Barcelona que "le encantaría" ver reproducido el tripartito catalán en el Gobierno central, pero a renglón seguido matizó que una alianza como la que gobierno en Cataluña a Zapatero "se le quedaría corta" pues tiene más maniobrabilidad. Fuentes próximas al presidente catalán precisaron que Maragall no se inmiscuirá en las decisiones de Zapatero, informa Elianne Ros.

ANALISIS DE RESULTADOS El líder del PSOE hizo ayer un único análisis de los resultados. Y lo utilizó como aviso a navegantes para los que pretendan dudar siquiera de la legitimidad que tendrá su Gobierno. "El PSOE es la primera o la segunda fuerza política en todas las Comunidades Autónomas", expuso Zapatero. Un resultado que, a su juicio, "garantiza la cohesión territorial y la estabilidad de España".

DIALOGO AUTONOMICO Recomponer el diálogo entre el Gobierno central y los ejecutivos autonómicos y rebajar la tensión territorial alcanzada en los últimos cuatro años figuran entre los objetivos prioritarios del futuro presidente.

Ayer reiteró que lo intentará convocando una conferencia anual de presidentes autonómicos y manteniendo "un diálogo permanente" con todos ellos, "sean del color que sean". "Muchas cuestiones de la vida cotidiana de los españoles dependen de esas buenas relaciones", reflexionó.

Como muestra, relató su conversación de la noche electoral con Juan José Ibarretxe, en la que ambos se comprometieron a mantener buenas relaciones. La postura de Zapatero sobre el plan Ibarretxe es conocida: el lendakari debe retirarlo.