Eduardo Zaplana quiso aguar la manifestación contra ETA, que concentró el jueves a 5.000 personas en la plaza de San Jaime de Barcelona, alegando que el número de asistentes no colmó las "expectativas" de los organizadores. El ministro portavoz dedujo, pues, que "la sociedad catalana participó más de la opinión del PP que de la de los convocantes".

Para Zaplana, todo lo que no pasara por expresar "inequívocamente" el rechazo a los terroristas "sobraba"; no eran necesarios, por tanto, añadidos. La formación conservadora rehusó participar en la protesta arguyendo su desacuerdo con el lema: En defensa de la democracia, el autogobierno de Cataluña y en solidaridad con todos los ciudadanos del Estado .

DOCTRINA POPULAR El PP ha sentado doctrina respecto a los argumentos a esgrimir para refutar las críticas sobre la ausencia en la concentración de Barcelona. Según Europa Press, el partido remitió el jueves un texto a los dirigentes de la formación donde, entre otros conceptos, se dice que "las víctimas son las que mejor saben el carácter trampa que tiene esta movilización".

La protesta barcelonesa ha generado un sinfín de réplicas. El presidente catalán, Pasqual Maragall, consideró "lamentable" que el PP no participase porque, dijo, "hay cosas que están por encima de todo lo demás". El republicano Josep Lluís Carod-Rovira dijo que participaron "todos los partidos que están y estarán siempre contra ETA". El popular Josep Piqué resaltó la "escasísima repuesta ciudadana".