Desde que Cuartero, a la sazón cuñado de Iglesias, fue nombrado consejero delegado de Zaragoza Alta Velocidad, la caja de los truenos en el ayuntamiento se destapa con mucha frecuencia. Las zaragatas verbales en las que se enzarzan, siempre bien aireadas, parecen dar la razón a los que creen que el ´feeling´ entre el presidente aragonés y Belloch es nulo. Mientras tanto, Cuartero, como un títere de cachiporra, recibe el golpe y vuelve a la carga.