Cena, uvas, campanadas y, en muchos casos, fiesta. El patrón de la Nochevieja se mantiene fijo en lo esencial, aunque los hábitos a la hora de completar las últimas horas del año -y las primeras del que viene- cambian. Así lo constata la oferta de ocio de la capital aragonesa, una ciudad en la que se observan estas variaciones tanto a la hora de sentarse a la mesa como en las calles y locales de la ciudad, que diversifican su oferta más allá del tradicional cotillón. Este último, claro está, mantiene su fuerza en discotecas y grandes espacios como, en esta ocasión, el parque de Atracciones. Sin embargo, ahora compite con otros atractivos como fiestas en las que la oferta musical y temática gana espacio frente a otros atractivos habituales como, por ejemplo, la barra libre de bebidas.

«El sector de la noche ha cambiado muchísimo. Han cambiado los hábitos, sigue habiendo cotillones y sigue siendo una noche top para pubs y discotecas, pero también hay celebraciones al aire libre, verbenas en distintas localidades… », ejemplifica el presidente de la patronal de hostelería y turismo (Horeca) en Zaragoza, Luis Vaquer. La apreciación es parecida a la del presidente de la Asociación Cafés y Bares, José María Marteles, que observa unas prácticas que cada vez son más variadas y plurales.

'TARDEO' EN NAVIDAD

«Podemos encontrar desde cotillones multitudinarios organizados en espacios con un amplio aforo -que hace ya días que colgaron el cartel de completo- hasta una oferta ordinaria en determinados bares o pubs de la ciudad o provincia, análoga a la de cualquier fin de semana», destaca Marteles.

El presidente de este colectivo, matiza, sin embargo, que lo que está cambiando, más que la oferta, son los hábitos: «El fenómeno conocido como tardeo está arraigando en Zaragoza y, poco a poco, se está conformando una oferta permanente y regular en tal sentido, con un impacto ostensible a estas fiestas, como por ejemplo el vermú de Nochebuena o el de Nochevieja», relata.

Unas variaciones que también se constatan en la cena, en un contexto de crecimiento para esta fecha. Lo ve así Vaquer, que relata que la Nochevieja es una fecha «en la que no se abren demasiados establecimientos, pero el que abre se llena. Cada vez abren más pero, más que cotillones, se apunta hacia cenas hasta las campanadas, para seguir más tarde la fiesta en pubs o bares». Un escenario en el que, afirma, «sigue habiendo cotillones», pero en el que «cada vez más restaurantes se animan a abrir y hay una demanda insatisfecha; hay más clientes que sitios para cenar», destaca.

Más allá de la propia noche, la ciudad también crece como destino para cerrar el año. Lo observa de esta manera Vaquer, que afirma que Zaragoza, año a año, crece en ese sentido y destaca atractivos como el mercadillo navideño o las campanadas en el Pilar. «Va cogiendo mucho nombre y cada vez tenemos más porcentaje en los hoteles urbanos», indica el presidente de la patronal en la provincia.

Uno de los rasgos distintivos de nuevo cuño para la Nochevieja encuentra su acomodo, no en la fiesta posterior, sino en la propia cena. En ella, frente a la tradicional elaboración en casa entre los familiares o el acudir a un establecimiento, empieza a apreciarse una «demanda creciente» de los restaurantes que venden para llevar los platos que se disfrutarán.

Según el presidente de Horeca, esta práctica está aumentando «muchísimo» y trasciende a los cáterings, sino que más bien se centra más en los propios restaurantes que ofrecen esta posibilidad.

«Para Nochevieja suele haber un menú especial», relata sobre estos casos, que encuentran también su reflejo «en pueblos y muchas localidades», en los que, si el restaurante no tiene estructura para ofrecer el servicio, «hace la entrega antes de empezar la noche o el cliente los va a recoger». Según Vaquer, el crecimiento en este nuevo campo se ha empezado a apreciar «en los últimos dos o tres años».

LAS COMIDAS PARA LLEVAR, EN AUGE

Uno de los cáterings más arraigados en Zaragoza, El Patio, ofrece un punto de vista distinto. Una cuestión lógica, si se tiene en cuenta que el crecimiento se aprecia especialmente en los restaurantes. Sin embargo, la Nochevieja también es una cita de parangón para estos negocios.

De esta forma, desde este comercio constatan que el uso del cátering para la cena de Nochevieja «viene siendo habitual» y que no se trata de una «tendencia» de los últimos años. «Hay de todo; gente que lo celebra un año en su casa, otros que salen a cenar por ahí y siempre hay encargos, también para Nochebuena», destacan desde este negocio.

Una búsqueda rápida en Google confirma la oferta para disfrutar fuera del local de la comida ya preparada. Es el caso de, por ejemplo, las tiendas en varias localidades de Aragón de Saborea la Vida. Estas ofrecen menús específicos para Nochevieja con servicio a domicilio.