Zaragoza ejerció ayer de anfitriona de la movilidad del futuro. Los cambios que está experimentando la industria del automóvil fueron analizados en el Palacio de Larrinaga de la capital aragonesa, donde hasta 22 fabricantes con plantas en España ultimaron el Plan de Movilidad, un documento que incluye 50 medidas para afrontar la transición hacia el vehículo eléctrico. Se trata, en definitiva, del diseño de la nueva era de un sector que camina de forma imparable hacia la electrificación, la conectividad, el uso del vehículo compartido y el coche autónomo.

Pero el camino no será sencillo. El presidente del grupo Volkswagen en España y del Foro de Movilidad, José Antonio Pérez Botello, exigió una «transición ordenada» basada en «criterios científicos y no ideológicos» porque -añadió- «no se puede improvisar ni poner en peligro» el futuro de una industria que supone el 10% del PIB nacional y que da empleo a dos millones de familias.

Este fue el aviso a navegantes que envió Botello tras la primera reunión de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) fuera de Madrid y Barcelona en toda su historia. En esta ocasión fue para celebrar el Foro de Movilidad y el comité del Vehículo Eléctrico y Autónomo (VEA) en el seno del Mobility City de la Fundación Ibercaja, un proyecto que impulsa a Zaragoza como epicentro de debate sobre los cambios que vivirá el automóvil en los próximos años. Al acto asistieron el presidente de Aragón, Javier Lambán, la consejera de Economía, Marta Gastón, el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco, y el director general de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo.

El vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, esbozó en tres grandes líneas los objetivos irrenunciables del automóvil en España. En primer lugar, una política industrial que «respete» la competitividad de las 17 plantas españolas, con el fin de mantener la privilegiada situación en el contexto global, ya que hoy es el segundo país con más plantas de producción de coches, solo por detrás de Alemania.

La renovación del parque de vehículos es otra precupación de Anfac. A juicio de Armero, el Gobierno y las administraciones deben aplicar medidas de apoyo al coche eléctrico y desarrollar instrumentos para frenar el envejecimiento de los vehículos, lo que le ha llevado a que España sea el segundo país con el parque más envejecido (12 años de media).

Más incisivo fue con el tercer eje de actuación: las políticas de movilidad. Los fabricantes piden al Gobierno «coherencia» en esta materia, principalmente para que la industria tenga un rumbo claro y para que los ciudadanos puedan afrontar de forma decidida los cambios en la movilidad. «No puede haber cinco leyes de cambio climático y 54 planes de calidad del aire diferentes en España», dijo Botello.

MOMENTO «CRUCIAL» / El nuevo director general de Opel PSA en España y director del clúster ibérico de PSA, Juan Antonio Muñoz Codina, recalcó, en su primera aparición pública desde que tomó el relevo de Antonio Cobo al frente de Figueruelas que el automóvil se enfrenta a un momento «crucial», porque va a sufrir una transformación «brutal». Estos cambios tendrán un gran impacto, dijo, por lo que apostó por no perder la posición competitiva de España. «El coste de manufacturas, pero también el de los proveedores se han de mantener», abundó Muñoz Codina.

Zaragoza vivió ayer la antesala de la Mesa de la Movilidad, que tendrá su sede en la capital aragonesa, tal y como anunció hace unas semanas la ministra de Industria, Reyes Maroto. El Foro de Movilidad se convirtió, por tanto, en punto de encuentro de los principales directivos de las marcas asociadas a Anfac. Su vicepresidente elogió a Zaragoza por ser capital de la logística y convertirse en la de la movilidad, al tiempo que resaltó el apoyo «inequívoco» de la DGA a la industria del automóvil, tanto a fabricantes como a proveedores.

Mientras, el presidente de Aragón, aludió al cambio que supuso la instalación de General Motors en Zaragoza, en el año 1982, y utilizó esa efeméride para comparar el reto al que se enfrentan ahora los fabricantes. «Miramos el futuro con optimismo, pero el sector deberá hacer frente a unas duras exigencias». Además, Lambán agradeció la elección de Zaragoza para celebrar el foro y abogó por descentralizar las funciones del Estado para llevar foros de este tipo a otros territorios distintos a Madrid y Barcelona.