El Ayuntamiento de Zaragoza se enfrenta el reto de blindar la ciudad y asegurar las calles con vistas a las fiestas del Pilar, con varios puntos de la ciudad donde, diariamente, se produce una gran aglomeración de gente. Así, el foco se centra en los recintos de Valdespartera y el Párking Norte, la Ofrenda de Flores o el desfile de las peñas.

Tras el doble atentado terrorista de agosto en Barcelona y Cambrils, el Ministerio de Interior instó al consistorio a instalar barreras antiterroristas en puntos clave de la ciudad, como la plaza del Pilar y la calle Alfonso, así como a proteger la basílica del Pilar. En paralelo, y desde el día del ataque, se ha intensificado la vigilancia presencial tanto de la Policía Nacional como de la Local. De forma progresiva, el ayuntamiento ha ido cumpliendo con las peticiones y recomendaciones de la Jefatura Superior de Policía, que solicitó de forma expresa al alcalde, Pedro Santisteve, que reinstalase a la mayor brevedad los bolardos y maceteros disuasorios que se retiraron tras el periodo navideño, como adelantó EL PERIÓDICO.

El atentado en las Ramblas obligó a la Junta Local de Seguridad de Zaragoza a analizar el protocolo de prevención antiterrorista que siguen las administraciones públicas aragonesas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Hoy volverá a reunirse para concretar las medidas extra que se pondrán en marcha durante las fiestas del Pilar, ante el considerable aumento de población y la gran confluencia de personas en los recintos de fiestas y la plaza del Pilar. Las concesionarias de ambos recintos ya han indicado que reforzarán la seguridad en los accesos y en el interior de sus carpas.

Especial atención se pondrá al recorrido de la Ofrenda del Pilar, día grande de las fiestas, y la de Frutos, además del desfile de peñas. El transporte público es otro de los puntos en los que se intensificarán las medidas de seguridad.

Por ahora, se ha blindado el entorno de la plaza del Pilar con maceteros de gran tamaño en todas sus entradas y la calle Alfonso, donde también se han colocados bolardos. En este caso, se han instalado a diferentes alturas con el objetivo de mantener abiertas las tres vías que cortan Alfonso I, aunque con un uso limitado.

BASÍLICA

Siguiendo las recomendaciones de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, desde el viernes pasado está prohibido el estacionamiento en la parada de autobús habilitada en el paseo Echegaray, en la parte trasera de la basílica para evitar un posible ataque con coches bomba. Esta ha sido una de las últimas medidas puesta en marcha por el consistorio.

Desde el Cuerpo Nacional de Policía se planteó esta protección especial, tras conocerse que los yihadistas que perpetraron los ataques de Barcelona y Cambrils tenían entre sus sangrientos planes un atentado con explosivos en la Sagrada Familia de la Ciudad Condal. También tuvieron en cuenta que en el 2014 circuló en las redes sociales una fotografía de dos jóvenes enarbolando la bandera negra yihadista frente a la basílica.

También se ha blindado con bolardos el acceso desde Echegaray, colindante con la basílica, desde las entradas a los garajes privados.

Hoy se decidirá en qué otras calles de la ciudad se deben colocar barreras antiterroristas o limitar los acceso de vehículos.