Ver un taxi desocupado en las calles de Zaragoza era ayer una auténtica misión imposible. La huelga indefinida para exigir la limitación de las licencias VTC (alquiler de vehículos con conductor) fue secundada «de forma masiva» por los taxistas de la capital aragonesa y tan solo estuvieron operativos los 170 taxis (el 10% de la flota) reservados para servicios mínimos, que se encargaron, casi en exclusiva, de trasladar a ancianos, enfermos y personas con discapacidad. Así, la jornada transcurrió con total normalidad y no se produjo ningún incidente.

Ni siquiera los 25 taxistas del denominado grupo Élite, que el domingo habían barajado realizar piquetes para paralizar el aeropuerto o la Estación Delicias, protagonizaron movilizaciones -como sí ocurrió en varias ciudades españolas- más allá de la «marcha lenta» que realizaron en Independencia en torno a las 20.00 horas. La Asociación Provincial del Autotaxi de Zaragoza (Apatz), que engloba al 95% del sector, decidió ayer mantener el pulso, por lo que el paro continuará hoy en la capital aragonesa.

Sin duda, los principales trastornos se produjeron en el aeropuerto y en la Estación Delicias, donde los viajeros tuvieron que recurrir al autobús o a algún amigo o familiar para llegar a su destino. «Ya sabía que había huelga, así que he llamado a mi sobrino para que venga a buscarme», indicaba a última hora de la mañana Manuel Talamonte, que llegó a Zaragoza en un AVE desde Barcelona.

«Está transcurriendo todo con total tranquilidad, no ha habido ningún tipo de incidente», comentaba el taxista Jacinto Coriano delante de la parada de llegadas de la estación. Este conductor añadía que algunos viajeros se acercaban para preguntar si ningún vehículo circulaba y al contarles la situación se marchaban «sin ningún tipo de problema». Viajeros como Laura, que se dirigía hacia Logroño y no se había enterado de la huelga: «He llamado esta mañana y me han dicho que no había servicio». Reconocía no saber los motivos de este paro, así que no podía posicionarse. Razones que explicaba Miguel Ángel Benito, taxista con 15 años de experiencia: «Pedimos que las VTC en manos de multinacionales cumplan la contingencia del 1/30, que cumplan la ley, pero en España poca gente la cumple». Al ser preguntado por el final de esta huelga contaba que «milagros a Lourdes, Uber y Cabify están respaldados por el gobierno y por los poderes mediáticos, entonces no creo que hoy acabe». Al mismo tiempo celebraba el despertar del sector del taxi aragonés y señalaba que los únicos que siempre tienen «arrestos» son los taxistas de Barcelona.

Menos pesimista se mostraba Coriano, que afirmaba que la decisión la había tomado la junta de la Apatz por «su cuenta y riesgo» y añadía que «mañana (por hoy) ya votarían los socios» y que si había acuerdo con Fomento «a trabajar como todos días». Al final por la tarde se conoció que el paro continuaría al no haber pacto con Fomento. Los taxistas de Zaragoza afirmaban que podían llegar a temer la llegada a la capital aragonesa de estos nuevos métodos de transporte y por ello se solidarizaban con sus compañeros de Barcelona.

Sin filas en las paradas

A pesar de la calma general, no todos los viajeros entendían este paro. «Respeto el derecho a hacer huelga pero me parece que el grupo Élite es muy radical», señalaba el viajero Alberto Ruiz. Venía de Barcelona y aseguraba que debido al paro la ciudad condal estaba «intransitable».

Todas las paradas de la ciudad, a excepción de las de los hospitales y las de la estación, estuvieron ayer desiertas. En el Miguel Servet y el Clínico todo transcurrió con normalidad. Casi siempre había uno o dos taxis en las paradas y cuando se quedaba vacía no tardaba en llegar otro. «El seguimiento ha sido masivo y todo ha ido como esperábamos; no ha habido ningún problema y se ha atendido a los servicios de la emisora priorizando siempre a ancianos y discapacitados», subrayó el vicepresidente de la Apatz, Miguel Ángel Perdiguero.

Tampoco los hoteles sufrieron grandes trastornos más allá de la queja de algún cliente. «La mayoría recurría al bús; solo hemos tenido un problema con unos huéspedes que tenían que ir a un polígono; han tenido que esperar bastante rato pero al final ha venido un taxi», explicaban desde el hotel Reino de Aragón.