El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza celebrado ayer sirvió para dibujar con detalle cómo quedará la foto en el corto plazo sobre el devenir del presupuesto de este año. Se ratificaba la prórroga actual que está preocupando al tejido social y vecinal de la ciudad, que ya estudia movilizarse para mostrar su rechazo, y se evidenciaba que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y el grupo municipal de CHA no están dispuestos a esperar a un PSOE enrocado en no sentarse a negociar. Los nacionalistas constataron que el acuerdo con ellos sí es posible, se desmarcaron de los socialistas, y todo dependerá del documento que se prevé aprobar el próximo día 31. Aunque el responsable de las finanzas, Fernando Rivarés, les garantizó que entrarán todas sus exigencias.

Si esto se confirmara, básicamente, significaría duplicar el dinero reservado para los planes de barrios, de 4 a 8 millones, crear una partida específica para mejoras en los colegios públicos e implementar con un millón más la de la operación asfalto, que pasaría a tener 1,3. Son ocho millones de euros más y, según ha podido saber este diario, el único fleco que queda por cerrar es si a los barrios se dedican 8 millones o 6 como propone ZeC a los nacionalistas. Serán ocho o no será. Y si entran en las cuentas, el portavoz de CHA, Carmelo Asensio, aseguró que se sentarán a hablar de enmiendas en la primera semana de febrero.

LA FOTO DE FEBRERO

Son 15 días los que dejarán para hacerlas y llegaría a un pleno de febrero en el que sus votos serían insuficientes para aprobarlo, pero forzarían al PSOE, si persiste en su negativa, a votar con el PP y Ciudadanos (Cs), a los que ZeC ni siquiera van a llamar para negociar. No sería la primera vez, ya sucedió con las ordenanzas fiscales en el 2015, pero sí rompería un acuerdo de la izquierda que se ha producido durante los últimos siete años. Si es una estrategia electoral, serán los ciudadanos quienes determinen quién es el culpable. En el pleno todos señalaron nuevamente al PSOE, especialmente el PP y Cs acusándole de su «gravísima irresponsabilidad», aunque para los socialistas «este debate solo trata de darle al muñeco» y, en su opinión, hacerlo «sin un argumentario serio».

El socialista Javier Trívez insistió en que mientras no haya una carta del Ministerio de Hacienda que levante el veto a Zaragoza para captar financiación externa, no se puede negociar un presupuesto en el que dependen de eso 33 millones de inversión. Y que si esta autorización no llega, «este borrador no hay quien se lo crea» por una estimación de ingresos que precisamente la derecha calificó de disparatada y «hoy pide que miremos a otro lado». «Es fácil echar el guante cuando tienes el voto negativo decidido», le reprochó a la portavoz de la formación naranja, Sara Fernández, a la que recriminó su «sectarismo» por no apoyar ningún presupuesto en este mandato solo porque se elaboraba desde la izquierda.

La concejala de Cs fue más dura que de costumbre con el PSOE al reprochar que ampararse en la carta del ministerio «no es un argumento en el que pueda escudarse» porque no es una misiva en la que el Gobierno central esté trabajando, sino que solo debe validar o no el cómputo de la deuda del tranvía que se incluirá como asiento contable en las finanzas de Zaragoza. En su opinión, la situación actual ofrece «las mismas garantías» que en el 2018 cuando se incluyeron 24,8 millones a captar de los bancos y que la DGA no autorizó hasta agosto. Así que instó a ZeC a retirar esos casi 33 millones de inversión del presupuesto o a «negociar con otros» para que las cuentas no se tengan que aprobar este año «en otoño» solo porque hay que hacer campaña electoral.

La conservadora María Navarro añadió un plus de tensión al acusar a los socialistas de ser rehenes de Javier Lambán y la DGA, ya que al grupo municipal del PSOE «no le dejan ser libres para aprobar el presupuesto de Zaragoza porque les dicen que como Podemos no les va a aprobar el suyo, ustedes quietos en la mata». Para ella no hay duda de quién es la responsabilidad de que suceda esto, ya que «el PP siempre ha estado en las antípodas de ZeC, pero el PSOE le ha apoyado siempre y en los tres presupuestos».

Casi no hubo mención a la fórmula que plantean los socialistas para blindar los convenios y subvenciones mediante modificaciones de créditos. Solo Asensio, para decir que esa «varita mágica» no le sirve. «Son 65 millones de euros (en subvenciones e inversiones) que dan vida a la ciudad», explicó, porque esa es la cuantía que hay que sacar de gasto obligatorio. ¿De dónde?, le preguntó al PSOE. «Ni entiendo la irresponsabilidad de Podemos en las Cortes ni la de otros grupos en este ayuntamiento. Por mucho que haya elecciones, la vida ni para ni se debe parar», dijo.

«Tendríamos que estar hablando ya de cómo aplicar el presupuesto, pero con su estrategia electoral el PSOE habla de lo que le interesa a su partido, no a la ciudad», apuntó Rivarés, quien reiteró su invitación a añadir más dinero para inversiones y elevar ese crédito bancario. La regla de gasto solo dejaría 14 o 15 millones más.