El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) oficializó ayer su decisión unilateral, pactada con dos sindicatos, de enterrar la Unidad de Apoyo Operativo a la Policía Local (UAPO) y resucitarla el mismo día con los mismos efectivos, calendario, remuneraciones y condiciones laborales pero rebautizándola como Unidad de Refuerzo Flexible (URF). Una aprobación que nace con toda la oposición en contra, con el rechazo del propio cuerpo específico formado por 114 agentes y con una contestación social de quienes ven en ella una unidad necesaria a la vista de sus resultados. Y, lo que también molesta, justo después de las fiestas del Pilar, donde su labor, especialmente en el recinto de Valdespartera, ha sido imprescindible para mantener la seguridad en la zona.

Hasta la concejala delegada de Policía Local del Ayuntamiento de Zaragoza, Elena Giner, iniciaba su intervención pública agradeciendo su esfuerzo y el del resto del cuerpo. Para, a continuación, certificar la defunción de la UAPO a manos del Gobierno de ZeC, aseverando que «no es una medida antipolicía ni que vaya contra ella». En su opinión, la unidad «se creó en el 2007 en un contexto determinado que difiere del actual» y toca redefinirlo. Por un lado, explicó, se hizo pensando en una Expo del 2008 que ya pasó, y con vistas a una modificación de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «que le iba a dar más competencias a la Policía Local» pero «que no se ha producido».

UN CAMBIO DIFUSO

Las complicaciones surgen cuando se pregunta por qué cambia o qué dejará de hacer esa nueva unidad. En su argumentación, la edila defendió que es una cuestión de «uniformidad» con el resto del cuerpo en la que, aparentemente, solo cambia el uniforme, que pasará a asemejarse a la del resto de efectivos, y la distribución de sus sectores de actuación, que se reducen de 5 a 3: la Norte, idéntica a la actual y referida a los distritos de la margen izquierda del Ebro -Actur, Rabal y Santa Isabel-; la Centro, aglutinando las 2 y 3 con Casco Histórico, Las Fuentes, Delicias, Universidad, San José y La Almozara; y la Sur, con la 4 y 5 unidas para Torrero-La Paz, Casablanca, Distrito Sur, Miralbueno y Oliver-Valdefierro.

Se trata, recalcó Giner, de atender «una necesidad de organización y darle un enfoque más comunitario», para que «sea una Policía Local del siglo XXI». Y así, añadió, resolver la carencias que viene arrastrando el cuerpo, manteniendo el espíritu de ser una unidad de refuerzo pero con mejores condiciones y fomentando la promoción interna. «No somos el Gobierno antipolicía, sino el que en tres años ha hecho más por el cuerpo», explicó.

Así que las quejas y críticas, que no tardaron en llegar ayer, obedecen, según Giner, a «un debate que se está generando desde fuera y que no se corresponde con lo que hay» y por «intereses ajenos». Y así se lo explicará, añadió, a los 114 agentes en la reunión que quiere mantener con ellos «la próxima semana» para explicarles su disolución para renacer como URF.