El Ayuntamiento de Zaragoza tendrá presupuesto en el 2017. La izquierda municipal dio un paso decisivo ayer para la aprobación en el pleno del próximo lunes de unas cuentas por valor de 724 millones de euros. Los 17 votos de Zaragoza en Común (ZeC), el PSOE y CHA son mayoría para convertir a la capital aragonesa en la primera gran ciudad en España en tenerlo atado. Y lo hizo con un acuerdo in extremis, con mucha incertidumbre por los vaivenes de una negociación que culminaba blindando un pacto, de nuevo. «Gracias al diálogo», según el Gobierno de ZeC. «Por responsabilidad», según los socialistas y nacionalistas.

Solo coinciden en el contenido. El de un presupuesto que da cabida a todos los proyectos que los tres proponían a base de rebajar las cuentías que exigían. Incorpora la prolongación de Tenor Fleta, pero no con 1,7 millones como exigía el PSOE, sino con 890.000 euros. O con 920.000 euros para implantar leds en el alumbrado, la mitad de los 2 millones pedidos. Y con un plan para Averly de CHA con 100.000 euros, no un millón; y 300.000 para mejoras en los colegios, no 500.000.

CON BIZI

A cambio, ZeC consigue salvar de la quema la ampliación del Bizi, que se queda con 1,2 millones --pierde 600.000 euros--, y la inversión en los viejos depósitos de Pignatelli, que se deja en 300.000 de los 500.000 que tenía consignados. Se ralentizan pero no se aparcan. Y les da a PSOE y a CHA los 300.000 euros para urbanizar la calle Fuente de Neptuno en Arcosur --la mitad de los 600.000 exigidos-- y 120.000 para el aparcamiento de Kasán.

Así es como se encajan las sensibilidades de una izquierda que, por otro lado, fía el éxito de sus iniciativas a un 2018 y 2019 que deberá contar con más dinero aún para culminarlos. Un motivo para apoyar las cuentas futuras o una razón para no hacerlo, si ZeC no cumple. Si no les falla, tendrán complicado decirle que no. Si lo hace, tampoco podrán frenar ya aquellas inversiones que este año haya contratado el Gobierno de Santisteve.

Los socialistas habían logrado mover «unos 4,5 millones de euros» con sus enmiendas, indicó el concejal Javier Trívez, que elevaba a «más de 8» la cifra considerando que, en el proyecto inicial, ZeC ya incorporó muchas de sus propuestas. Los nacionalistas, sacaron adelante «5,2 millones» de los 6,9 que pretendían mover. «Somos el grupo más pequeño y el que más enmiendas ha logrado aprobar», alardeó su portavoz, Carmelo Asensio. En la bancada contraria, caras largas en el PP, que no consiguió apoyos ni para mover un euro con sus 215 enmiendas. Y Ciudadanos (C’s), que logró salvar 15 de sus 113, y mover 240.000 euros.

Aún así, el responsable de las finanzas, Fernando Rivarés, sacaba pecho de su segundo acuerdo presupuestario consecutivo con la izquierda. «Se dialoga con todos, pero se negocia con quien se puede», remarcó, para reconocer el mérito de un documento «enriquecido» por PSOE y CHA, con los que «si había conflictos, han sido superados». Pero sin renunciar a sus proyectos ni a rescatar el 010, que sigue en su hoja de ruta pese a que casi dinamita el acuerdo.

Javier Trívez, del PSOE, se quejó de un proceso «con muchas sombras» pero insistió en el «axioma» que ha posibilitado el pacto: su partido «quería que hubiera presupuesto» y ha hecho «todo lo posible». A partir de ahí, «se ha forzado el calendario innecesariamente», lamentó, por «una desavenencia forzada que no merecíamos». Su pacto con ZeC coincide en todo menos en las bases de ejecución, que aprobó junto a PP y C’s para que no se reduzca el grado de control al Gobierno.

Asensio también resaltó su «ejercicio de responsabilidad» para un acuerdo del que estaba «relativamente satisfecho y orgulloso». «Parece que todo tiene que estar aderezado con impedimentos y peripecias», dijo. «Ojalá sirva como ejemplo en otras instituciones», dijo en alusión a Podemos en las Cortes.

Para Sara Fernández, de C’s, «no deberían sacar pecho de un presupuesto que han sacado a trompicones. La espada de Damócles del 010 sigue ahí. Van a votar con la nariz tapada», añadió. Para Jorge Azcón, del PP, el «peor presupuesto de la historia» empeoraba más, porque lo tiene que ejecutar un Gobierno «inexperto e incapaz» y eran, a su juicio, unas cuentas llenas de proyectos «imposibles». «Les hemos visto a mamporrazo limpio. La fuerza de las tortas que se han dado es la que les ha puesto de acuerdo tras un espectáculo bochornoso», reprochó el edil conservador.