El debate sobre las molestias a los vecinos que habitan en las llamadas zonas saturadas, las que concentran un amplio número de establecimientos hosteleros y de ocio nocturno, sigue desde hace años en Zaragoza una tendencia ascendente en cuanto al número de infracciones que se denuncian o multas que se imponen (y que no siempre se acaban abonando). La estadística del ayuntamiento arrojó en el 2018 un global de 414 sanciones impuestas a locales ubicados en alguna de los 14 emplazamientos distintos que se diferencian en el callejero, bautizados desde la letra A hasta la Ñ. Una suma total bajo la que se esconde un análisis desigual en cuanto a los incumplimientos. Y que, por ejemplo, destaca que el ruido, principal foco de conflicto por afectar al descanso vecinal, solo ha sido el motivo del incumplimiento en 25 casos, un 6% del total.

Una de las primeras lecturas que arroja esta cifra es que el 47,5% de todas las infracciones sancionadas en Zaragoza se localizaron en 3 de las 14 zonas que existen: el entorno de La Magdalena (zona N), que va desde la calle Don Jaime I hasta la de Asalto, sumó 70 de esas denuncias; el de León XIII-Pedro María Ric (la E), que llega hasta los paseos de Damas y Constitución, tuvo 64; y la de Moncasi (la A), registró 63.

La siguiente es que casi un centenar de estas sanciones, 97 concretamente, lo acumulan solo cinco establecimientos de Zaragoza, algunos de ellos incluso ubicados en ámbitos de los que, en la estadística, no generan tantos incumplimientos, como el entorno de la plaza Santa Cruz, donde un solo local atesora 24 de las 31 multas impuestas durante todo un año. Un dato que dice mucho del error que se comete a veces al generalizar, o de cómo está muy focalizado el problema. Algo similar sucede en el entorno de Corona de Aragón, donde un solo propietario suma 17 de las 26 sanciones impuestas.

EVACUACIÓN, IMPORTANTE // Otro elemento a tener en cuenta es que la gran mayoría de las sanciones que se imponen, 169 de las 414 totales, están relacionadas con incumplir horarios, cuatro de cada diez multas de las que se imponen. Se trata de una cifra que no es aislada, que es cada año la infracción más recurrente en las zonas saturadas de la capital. Pero el ruido no es ni siquiera el segundo de los problemas. Lo es no cumplir con los requisitos exigidos para la posible evacuación del local, que aglutina 71 de las sanciones. Otros 37 fueron castigados por carecer de licencia y otros 30 por no tener seguro.

Otro de los aspectos que destacan en la estadística es la práctica inexistencia de problemas en algunas de las zonas que hace años sí fueron foco de conflicto con los vecinos. Por ejemplo la zona de Zumalacárregui, zona B, que sumo solo 4 multas en todo el 2018, las mismas que el entorno de Doctor Horno (entre María Agustín y Anselmo Clavé). Sin embargo, la que menos infracciones suma es la de Florentino Ballesteros, con solo dos multas en doce meses.

Mención aparte merecen las zonas más conflictivas. La Magdalena, por ejemplo, tiene en el incumplimiento de los horarios de apertura su principal problema, ya que este es el motivo que está detrás de 45 de sus 70 sanciones en todo el 2018, casi dos de cada tres. Muy por debajo está el ruido (solo dos) o el exceso de aforo (tres). En León XIII, fueron 29 por el horario de las 64 globales, y la falta de licencia o de seguro, con 10 y 9, elevaron su conflictividad.

Y sorprende el diferente análisis que se puede hacer en Moncasi, donde el incumplimiento del horario apenas representa 7 de las 63 infracciones sancionadas en todo un año. En el Rollo, no respetar la normativa en materia de evacuación estaba detrás de 30 incumplimientos.