Los combustibles sintéticos han levantado el vuelo, inaugurando la carrera hacia la reducción de emisiones por parte de la aviación. El hito ha tenido lugar en un vuelo comercial de KLM entre Ámsterdam y Madrid.

Los pasajeros del vuelo KL1703 no sabían que tenían un billete para un vuelo que iba a marcar historia, hasta que, antes de embarcar, el capitán les dio la sorpresa: el avión 737-800 fletado por la aerolínea KLM, que iba a llevarles de Ámsterdam a Madrid, tenía 500 litros de queroseno sintético en el tanque. Es la primera aeronave de pasajeros que vuela con carburante verde.

El biocombustible y el queroseno sintético son la esperanza de una aviación sostenible y la compañía dio el primer paso para que las aerolíneas europeas puedan volar en 2050 con combustible totalmente limpio. Fue la petrolera Shell la que lo fabricó en su centro de investigación en Ámsterdam, resultando en un producto a base de CO2, agua, además de energía solar y eólica obtenida en suelo neerlandés.

A petición del Gobierno holandés, la empresa británico-neerlandesa elaboró el queroseno limpio: fabricó hidrógeno verde con la ayuda de electricidad sostenible procedente de paneles solares, capturando el CO2 en Pernis, en Róterdam, donde Shell tiene la refinería más grande de Europa, y en una granja en Frisia, en el norte de Países Bajos, además del agua, el ingrediente estrella en territorio neerlandés.

Todavía no se permite volar con queroseno 100% sintético, pues el máximo autorizado es de un 50%, por lo que el producto sostenible se mezcló con queroseno normal antes de repostar el avión de KLM.

En un comunicado conjunto, Países Bajos, Francia, Suecia, Alemania, Finlandia, Luxemburgo y España subrayan que la recuperación de la actual crisis provocada por la pandemia “debe ir de la mano de la aceleración de la sostenibilidad del sector de la aviación” para frenar la crisis climática y pidieron a la Comisión Europea establecer un esquema de combinación obligatorio para el queroseno sostenible.

Esto obligaría a las aerolíneas a llenar los tanques de sus aviones con una proporción cada vez mayor de combustible limpio, y menor de petróleo, permitiendo que a mediados de este siglo, la aviación sea completamente neutral en emisiones de CO2, un reto al que también se enfrentan otros sectores.

La cantidad de electricidad obtenida de fuentes renovables que se necesita para la producción de este carburante verde es uno de los obstáculos más importantes: su producción es más cara que la del queroseno tradicional de petróleo. Para obtener el sintético sostenible, se requiere también un mayor número de energía renovable para producir el hidrógeno verde.

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