La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza publica un estudio que apuesta por la ingeniería genética para salvar especies amenazadas

La biología sintética, técnica consistente en alterar o rediseñar genes para atender a determinados objetivos humanos, está experimentando un rápido desarrollo y, según los científicos, puede provocar impactos «significativos y potenciales» en la conservación de la naturaleza. Así lo afirma un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), titulado «Fronteras Genéticas para la Conservación» (puedes descargar un resumen aquí), publicado recientemente.

La biología sintética, que hasta ahora se ha aplicado en agricultura y medicina, podría tener impactos relevantes en la conservación, incluyendo la propagación de genes modificados para impulsar la conservación de especies amenazadas, pero también para la reducción del uso de fertilizantes o la disminución de la demanda de productos derivados de especies amenazadas.

«Los seres humanos están reprogramando genéticamente la naturaleza cada vez más, nos guste o no. La comunidad mundial de la conservación debe contribuir al desarrollo responsable de las aplicaciones de la biología sintética», manifestó la directora general de la UICN, Inger Andersen, durante la presentación de dicho estudio.

Muchos de los usos propuestos de la biología sintética aún no se han implementado; es el caso, por ejemplo, del uso de la impulsión genética para limitar la capacidad de transmisión de la malaria de los mosquitos que propagan esta enfermedad.

La impulsión genética, que también puede ocurrir de forma natural, implica que un gen se transmita con una probabilidad mayor que el habitual 50%, y se puede utilizar para difundir genes en poblaciones silvestres. Los científicos todavía están investigando el potencial de esta tecnología.

Las aplicaciones de biología sintética a la medicina incluyen la ingeniería de microbios para biosintetizar productos que normalmente provienen de especies amenazadas, como una molécula de interés médico que se encuentra normalmente en la sangre de los cangrejos herradura, citan los autores del informe.

«Una oportunidad»

La Lista Roja de la UICN de Especies Amenazadas predice disminuciones de al menos un 30% en las poblaciones de cangrejos herradura durante los próximos 40 años, a medida que crezca la demanda de productos derivados de esta especie. La alternativa producida sintéticamente representa una oportunidad para asegurar su conservación, así como la de las poblaciones de aves costeras que dependen de ella.

«A medida que la biología sintética gana impulso, estamos viendo cómo la frontera entre lo natural y lo hecho por el hombre comienza a desdibujarse», afirmó Kent Redford, presidente del Grupo de Trabajo de la UICN sobre Biología Sintética y autor principal del estudio.

«Esperamos que nuestro trabajo ayude a asegurar que los usos futuros de las tecnologías de biología sintética se basen en la evidencia científica y en una participación amplia e inclusiva de los ciudadanos, y que beneficien tanto la naturaleza como la humanidad», comentó el experto.

«Algunas aplicaciones de la biología sintética y de la impulsión genética, si se diseñan y se enfocan adecuadamente, podrían mejorar la conservación de la biodiversidad, por ejemplo, reduciendo las amenazas y aumentando la resiliencia de las especies a estas amenazas«, afirma el estudio.

El panel de expertos, asimismo, recomienda que su uso se base en «evaluaciones caso por caso de los riesgos asociados», que éstas se guíen por pruebas empíricas y que se tengan en cuenta los conocimientos tradicionales y los valores éticos.