Simón Cortés es el presidente de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), una entidad que está presente en toda España a través de 54 grupos repartidos por prácticamente todas las autonomías. Se trata de una red de voluntarios, en la que hay personas de todas las profesiones y edades, que únicamente quieren contribuir a reverdecer España. Eso sí, ARBA emplea criterios técnicos para sus replantaciones, pues utiliza exclusivamente especies autóctonas del lugar, garantía de éxito para recuperar los bosques. Simón Cortés recuerda que mucha gente, impulsada por el ansia de ayudar a combatir el cambio climático, a menudo planta cualquier cosa, pero eso equivale a veces a «llevar pingüinos al Sáhara», como afirma.

-¿Cómo hay que plantar los árboles para hacerlo correctamente, y no sin ton ni son, como a menudo ocurre?

– Lo que recomendamos en primer lugar es que se recoja la semilla en el mismo lugar donde van a plantar después, o en un sitio muy cercano: cinco o diez kilómetros como mucho. Y que las reproduzcan, si pueden. Aunque también hay viveros especializados con plantas autóctonas. Pero, en cualquier caso, lo importante es que sean árboles autóctonos y, además, de esa misma zona concreta. Lo que queremos es que no haya variabilidad genética, sino recuperar esa zona con las especies que había antaño. Hay gente que nos dice que somos muy puristas, pero es que no se trata sólo de plantar, sino que hay que pensar en toda la cadena trófica. Los árboles son la base de la cadena y, si tú metes otras especies que no son de la zona, todas las aves, insectos y microorganismos que dependen de esas especies autóctonas desaparecerían. Es algo que no podemos permitir.

-¿Se hacen muchas plantaciones equivocadas en España?

-Claro que se hacen. Hay mucha gente con buena intención, que quiere luchar contra el cambio climático y oyen lo de que hay que plantar... Pero a veces se hacen cosas que es como llevar pingüinos al desierto del Sáhara. O los grandes monocultivos que también se hacen, que también pueden hacerse en según qué sitios, de acuerdo. Pero el monte se debe respetar. Todo en él es una cadena: el agua, el ciclo del nitrógeno... Si los árboles están donde están es por algo.

-ARBA realiza también muchos talleres educativos y viveros.

-ARBA Educa en Madrid da charlas en los colegios, enseña a plantar, a producir semillas y todo lo relacionado con la reforestación con especies autóctonas. La mayoría de las plantaciones tiene varias finalidades. Una de ellas es la científica, por ejemplo cuando se quieren recuperar especies en peligro de extinción. Luego está la finalidad de ‘protesta’, podríamos decir, como cuando se plantan miles de árboles en un sitio, aunque muchos de ellos no prosperarán. Y luego está la finalidad educativa, orientada a los más jóvenes.

-¿Qué especies se plantan más?

En Madrid usamos mucho la encina, el quejigo, vegetación de ribera, arbustos (enebro, sabinas, tejo...), sauces, robles... un poco de todo. Pero siempre que sean especies que están en cada zona.

-Ver crecer esos árboles debe dar una gran satisfacción personal…

-La verdad es que sí. Se está actuando en toda España. En Cartagena están haciendo una gran labor. Nosotros, tras el incendio que hubo en Robledo (Madrid), ya hemos hecho dos bellotadas (200-300 kilos de bellota). Los resultados los vemos después de repetir la acción varios años, para que los árboles que surjan tengan varias edades. Fuimos una vez después de aquello y, uff…, ¡como había crecido! Claro, que una parte será por lo que plantamos nosotros y otra parte será por lo que ha hecho la propia naturaleza. Pero eso es lo que pretendemos: poner nosotros una parte para que luego la naturaleza ponga la suya. Pero veía aquello y no me lo podía creer. Enseñabas la foto de cómo estaba antes a la gente que iba contigo y no se creía que fuera el mismo lugar.

-¿Cuántos años se tarda para tener un bosque tras haber plantado los plantones?

– Hablamos de unos 30 años. Con quince años ya se ve algo. En un cerro de esos de Castilla que están pelados, sin nada, haces una plantación y al cabo de diez o quince años ya se ven manchas verdes. Y te anima ver que aquello ha sido obra tuya. Son plantitas aún finitas, de medio metro o un metro de alto... pero es que la naturaleza es lenta. Esto lleva su ritmo.

-Y luego la naturaleza llama a la naturaleza. Supongo que a esos árboles nuevos irán acudiendo nuevas especies...

-Exactamente. Es que de eso se trata. Esas encinas que se plantan ya servirán de posadero para aves, en cuyos excrementos habrá semillas de otras especies, etc. Lo único que tratamos de hacer nosotros es imitar a la naturaleza. No queremos ir más allá. Si no, ya cogeríamos un tractor y haríamos surcos en todo un monte para plantar. No queremos eso.

Si quieres saber cómo sembrar bellotas para obtener encinas, echa un vistazo a este video: