El gato doméstico procede del gato salvaje africano, que fue domesticado hace miles de años en Oriente Medio y en Egipto, según las últimas investigaciones.

Los gatos domésticos son la mascota preferida de millones de personas en todo el mundo y actualmente es un animal que está presente en todos los continentes, con la única salvedad de la Antártida.

El gato (Felis silvestris catus) no es un animal que se encuentre en la naturaleza, pues es producto de la domesticación hecha por el hombre. Ahora bien, su origen sí se sitúa en una especie silvestre.

Un estudio hecho público en 2017 sobre el origen del gato doméstico arroja luz sobre este hecho. Ya se conocía con anterioridad que es descendiente del gato salvaje africano (Felis silvestris líbica), que es una subespecie salvaje que vive en el norte de África y en Oriente Próximo.

El citado estudio, sin embargo, distingue dos linajes felinos principales que pueden ser considerados el origen del actual gato doméstico. Para realizar esta investigación, los expertos de la Universidad de Lovaina (Bélgica) analizaron el ADN de más de 200 gatos, con una antigüedad de hasta 9.000 años, y descubrieron que las poblaciones de felinos comenzaron a propagarse en el Neolítico. Dicha expansión fue posible gracias a los habitantes de Oriente Medio y Egipto.

De los dos linajes felinos, el primero apareció en el suroeste de Asia y se iría extendiendo a través de Europa hace aproximadamente 4.600 años, según el artículo publicado por estos científicos en la revista Nature.

La domesticación de esta especie habría tenido lugar en Oriente Medio y fue el resultado de la beneficiosa relación que se estableció entre los agricultores y los gatos. Estos últimos se alimentaban de los ratones que solía haber en las casas de los humanos y éstos, a su vez, se libraban de estos molestos roedores.

El segundo linaje corresponde a la mayoría de los gatos momificados que se han encontrado en Egipto. En este caso, los animales se propagaron por todo el Mediterráneo a lo largo del primer milenio antes de Cristo, debido a que eran embarcados para ser usados para cazar ratones a bordo en las naves comerciales que cruzaban el mar.

Los expertos, sin embargo, todavía no han aclarado si todos los gatos actuales descienden del primer linaje de Oriente Próximo o, por el contrario, hubo un proceso de domesticación independiente y paralelo en Egipto, del que saldría el segundo linaje.

Asimismo, ha podido determinarse que el pelaje de los gatos antiguos era rayado. No sería hasta la Edad Media cuando empezaron a aparecer patrones de pelaje con manchas.

Hoy, el gato doméstico es apreciado por millones de personas, tanto en el campo como en la ciudad, pero lo cierto es que también es una especie que causa problemas de tipo ecológico. Estos animales se han convertido en un quebradero de cabeza, por ejemplo, para las aves marinas, pues se comen los huevos de los nidos y algunas especies, como es el caso de la pardela balear, se encuentran en peligro, entre otras cosas, por este motivo.