La comarca del Bajo Aragón-Caspe es uno de los parajes más bellos para descubrir esta Semana Santa. Territorio vertebrado por el Ebro y sus tres afluentes (Guadalope, Matarraña y Algás), su paisaje y la práctica de deportes naúticos y la pesca hacen de la comarca un sitio perfecto para descansar y desconectar, aunque sea por unos días, de la realidad pandémica. Aunque se caracteriza por ser tierra de frontera, el ‘mar de Aragón’ domina gran parte de las estampas de las que puede disfrutar cualquier visitante.

Además, el mapa de actividades para enriquecerse es inmenso en la comarca del Bajo Aragón-Caspe. Para todos los aficionados a las caminatas, la red de senderos de la comarca, junto con el camino Natural del Ebro y el camino Natural Matarraña - Algas, ofrecen una gran variedad de recorridos de distintos niveles y dificultades. Además, los amantes de la BTT pueden pedalear por dos gratificantes rutas: la que atraviesa Nonaspe y Fabara y la de la isla de la Herradura y mar de Aragón. Y cómo no, la fauna del Matarraña confiere a la visita una conexión especial con el ecosistema. Los ornitólogos expertos y los que no lo son tanto admirarán las aves que habitan el espacio de Birdwatching en la zona, con amplios miradores para contemplar el majestuoso vuelo de los pájaros.

Los pueblos bañados por el embalse

Los pueblos bañados por el embalse

Los pueblos bañados por el embalse Fayón, Chiprana y Caspe. Foto: Bajo Aragón - Caspe.

Los pueblos bañados por el embalse Fayón, Chiprana y Caspe. Foto: Bajo Aragón - Caspe.

Los pueblos bañados por el embalse Fayón, Chiprana y Caspe. Foto: Bajo Aragón - Caspe.

El Mar de Aragón, el embalse construido sobre el cauce del río Ebro, baña los pueblos de Fayón, Chiprana y Caspe, la capital de la comarca.

Fayón destaca por ser un paraíso de la pesca y los deportes acuáticos. Muy recomendable es pasear hasta Mirador del Ebro, una ruta que desemboca en la ermita de la Virgen del Pilar y desde donde se puede divisar la espectacular panorámica que forman el conjunto del embalse, la desembocadura del río Matarraña y las montañas que rodean la cuenca, además de los restos del imponente castillo que coronaba el viejo Fayón. En el apartado cultural, es de obligada visita el Museo de la Batalla del Ebro, todo un referente de los museos militares que se adentra en uno de los combates clave de la Guerra Civil.

Chiprana, a la que sus vecinos conocen como ‘La novia del Ebro’, se asienta sobre una terraza natural que es un lujo para los amantes de la naturaleza. Sobresalen en este paraíso natural las saladas, un ecosistema único formado por un conjunto de lagunas endorreicas, es decir, de interior, con un alto nivel de salinidad. Además, el visitante puede admirar la historia artística que acompaña a Chiprana, desde la espectacular iglesia gótica de San Juan Bautista, donde aguardan varias pinturas mudéjares del s. XVI, hasta sus rincones y tesoros ocultos, como los restos del mausoleo romano, reconvertido tiempo después en la ermita de la Consolación.

La capital del Bajo Aragón, Caspe, brilla por su riqueza patrimonial y, sobre todo, por su historia. El Compromiso de Caspe, firmado en 1412 en el castillo de Bailio, cambió el curso del municipio, y el palacio se conoce desde entonces como el castillo del Compromiso, cuyos restos impresionan al que se acerca a verlos. Además del castillo, en el casco urbano se pueden apreciar valoradísimas construcciones, como la Colegiata de Santa María, uno de los mejores ejemplos del gótico aragonés. Y, por supuesto, uno puede maravillarse ante la historia del traslado piedra a piedra del mausoleo romano de Miralpeix cuando se construyó el embalse.

La belleza del interior

La belleza del interior

La belleza del interior: el puente del Maestrazgo en Maella. Foto: Bajo Aragón - Caspe.

La belleza del interior: el convento de La Trapa, cerca de Fabara. Foto: Bajo Aragón - Caspe.

La belleza del interior: ermita de Nonaspe. Foto: Bajo Aragón - Caspe.

Pero la Comarca del Bajo Aragón-Caspe tiene otros atractivos un poco más alejados del embalse de Mequinenza. En Maella se impone poderosa la Torre del Reloj, que confiere a la villa una imagen de postal muy característica. En ella se unen los estilos románico y mudéjar y está coronada por una veleta con un gallo, el gallet, que vigila la localidad. En 1881, Maella vio nacer a uno de los más distinguidos escultores del siglo XX, Pablo Gargallo. Todo amante del arte debe visitar la casa natal del vecino más ilustre de la localidad, convertida hoy en museo y que alberga algunas de sus primeras obras.

Y saliendo de Maella en dirección a Fabara, los más curiosos y observadores vislumbrarán los restos del monasterio de La Trapa, levantado en el siglo VI por monjes de San Benito. Precisamente en Fabara se levanta a orillas del río Matarraña uno de los mausoleos romanos más antiguos y mejor conservados de España. Se trata de un templo que todavía mantiene en pie sus cuatro columnas y que se erigió en honor a Lucio Emilio Lupo en el siglo II. También podrá el turista disfrutar de la iglesia parroquial de San Juan Bautista y del museo dedicado al pintor Virgilio Albiac, procedente de esta localidad.

Nonaspe es el pueblo que se sitúa en la confluencia entre los ríos Matarraña y Algás, un entorno estupendo para disfrutar del senderismo, de la bicicleta de montaña o simplemente para disfrutar de un buen paseo al aire libre. Tampoco se puede dejar de visitar la iglesia de San Bartolomé, del siglo XIII, así como la cercana y hermosa ermita de Nuestra Señora de Dos Aguas, lugar de peregrinación para los nonaspinos.

Todo esto y mucho más es lo que se la Comarca del Bajo Aragón-Caspe ofrece a sus visitantes. Con la amabilidad de los bajoaragoneses y toda una historia por conocer, se sitúa ya como uno de los destinos más potentes para estos días.

Comarca Bajo Aragón Caspe / Baix Aragó Casp.