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El pueblo de Aitana es perfecto para una escapada de otoño: rodeado de bosque y con una reconocida cocina tradicional

Cerca desde Zaragoza, en la preciosa localidad que vio correr por sus calles a la cantante del 'Cuarto Azul World Tour' se puede disfrutar por igual de pasear por una vía de la Edad Media que de comer butifarra a la brasa o garbanzos de montaña con langosta.

La cantante Aitana en su lugar favorito

La cantante Aitana en su lugar favorito / Instagram @aitanax

Aitana anunciaba las fechas de su gira mundial hace unos días y hoy salían a la venta las primeras entradas, desatando la locura entre los seguidores de la cantante ya que por un problema técnico de la plataforma se ha tenido que parar la venta de manera temporal. El 'Cuarto Azul World Tour' traerá de vuelta a Zaragoza a la catalana tras un lustro sin actuar para el público maño.

En su útima visita al programa La Revuelta de TVE1, Aitana no se achantó antes las preguntas de David Broncano y aseguró que cuenta con un patrimonio de 5 millones de euros, todos ellos invertidos: "Tengo cuatro casas. En una vivo, en la otra también vivo que es en Miami, y las otras dos las tengo alquiladas" , explicaba entre risas al de Jaén. En la actualidad, Aitana tiene su residencia principal en Madrid, pero su origen se encuentra a unos cuantos cientos de kilómetros; exactamente a 15 de Barcelona, entre Sant Boi y Viladecans.

El pueblo que vio crecer a Aitana es Sant Climent de Llobregat (aunque se mudó alos 9 años lo sigue considerando como propio), una pequeña localidad rodeada por la montaña de Sant Ramon, sobre la que se encuentra la ermita del mismo nombre que fecha del año 1887. Dada su altura, el perfil de la ermita, que hace tan especial esta montaña, es visible desde todo el delta del Llobregat. La comarca del Baix Llobegrat es famosa por producir la mitad de las cerezas de toda Cataluña, así que apunta volver en primavera porque Sant Climent de Llobregat merece una visita para disfrutar del espectáculo de los cerezos en flor que lo convierten en un escenario de cuento perfecto para sacarse unas fotos.

Aitana posando en su lugar favorito

Aitana posando en su lugar favorito / Instagram @aitanax

En el siglo XIX, la filoxera destruyó todos los viñedos que un día cubrieron la zona y fue entonces cuandollegaron los cerezos que hoy le han valido el sobrenombre de "pueblo de la cereza". Sant Climent de Llobregat conserva el campanario de su primera iglesia edificada en el año 1085, que es de gran interés, ya que es el único campanario de torre de estilo románico que queda en toda la comarca. En la actualidad, en la rectoría adosada a la iglesia se puede visitar el Museu d'eines del Pagès, una interesante exposición de herramientas de labranza, carros, enseres domésticos y mobiliario de cocina del siglo XIX em su mayoría.

El Camí Ral fue la principal arteria de comunicación durante la Edad Media del Llobegrat con el Penedès, y hoy en día se ha convertido en una ruta ideal para los amantes del senderismo que quieran descubrir el Baix Llobregat. Este antiguo camino real era una importante vía de comunicación del Llobregat hasta el Penedès, un atajo natural a la larga vía que unía Barcelona con Tarragona por la antigua Vía Augusta romana. El Camí Ral formaba parte de la llamada "vía mercadera" que comenzaba en Sant Boi, seguía por Sant Climent y enfilaba des Brugers hasta el Castillo de Eramprunyà, seguía hacia Avinyonet y allí enlazaba con la vía romana dirección Vilafranca del Penedès, explican desde Turismo de Baix Llobregat.

El colofón final, para recargar pilas y terminar con buen sabor de boca lo pondrá el restaurante El Racó, una opción sin fallo. Algo escondido en una céntrica calle peatonal, "encontrará una cocina tradicional con todos los sabores de nuestra comarca", aseguran en su página web. Un restaurante de tradición familiar, abierto en 1.972 por Emili y Maria que ha ido pasando de padres a hijos. Eliane, en el comedor, y Gérard Solís Tugas, en la cocina, son los encargados de mantener "la calidez, el trato familiar, sencillo y cercano" que ha dado fama a este restaurante.

El Racó está incluido en la Guía Michelin en la que destacan su "cocina tradicional catalana con especialidades como el pollo de pata azul (raza Prat), la butifarra a la brasa, los garbanzos de montaña con langosta... o, en un guiño al producto estrella del pueblo, unos imaginativos postres con cerezas en temporada; no en vano Gèrard Solís, el chef al frente, es conocido como... ¡el chef de las cerezas!", apuntan los de la presigiosa guía.

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