La escultora Ana Béjar lleva años estudiando el universo femenino en el Neolítico, y en especial el culto a la diosa como fuente de vida. La simbología de aquella época repleta de iconografía femenina ha inspirado la exposición que se puede ver en la sala Juana Francés de la Casa de la Mujer hasta el 20 de octubreen horario de 10.00 a 14.00 horas y, por la tarde, de 17.00 a 21.00 horas.

«Esta exposición está inspirada en las miles de obras artísticas del Neolítico europeo, las cuales llevo estudiando años, siendo un importante descubrimiento para mí». Así lo ha afirmado la propia artista, quien ha señalado que en la antigüedad la diosa madre era una imagen que inspiraba la «percepción del universo como un todo orgánicosagrado y vivo de la que ella era el núcleo».

La aparición de esculturas de la diosa en todo el mundo es la prueba más papable, ha indicado, de la existencia de antiguos matriarcados. «El culto a la diosa suprema de la fertilidad perduró desde el Paleolítico hasta la civilización Minoica y en el segundo milenio antes de Cristo entró en decadencia con las invasiones indoeuropeas», explica.

Con el título ‘La voz de la diosa’, la exhibición muestra 25 esculturas de diosas realizadas con técnica mixta en la que la autora utiliza diferentes materiales: desde metal, madera, pasta de papel, u otros como lanas, telas y pinturas. Eso sí, todas reivindican el extraordinario poder de la energía vital femenina y son representadas con formas físicas muy potentes, y una gran simbología.