La primera pintura mural de Francisco de Goya para el templo del Pilar de Zaragoza cumple 250 años, pues el artista la terminó en 1772. Mide unos 80 metros cuadrados y adorna la bóveda del llamado ‘coreto’ de la Virgen, enfrentado a la Santa Capilla y en situación opuesta al coro mayor de la actual basílica.

Los dos motivos centrales del fresco, inserto el uno en el otro, rozan la abstracción conceptual: un trígono, o triángulo, equilátero y el Tetragrámaton o cuadrilátero que reproduce las letras hebreas con las que se escribe la palabra Yahveh (יהוה ,YHWH), uno de los nombres con los que el judaísmo alude a la divinidad, a la que no debe mencionarse por su verdadero nombre, cuya enunciación es sacrílega.

La conferencia explica los orígenes de ambos símbolos en el arte occidental y de ciertas representaciones trinitarias, necesariamente simbólicas, llamadas triándricas, de las que hay un ejemplo notable en Zaragoza.

Conferencia a cargo de Guillermo Fatás. Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia y catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza.