La maternidad es siempre una experiencia transformadora para las mujeres, pero también es un momento en el que surgen muchas dudas, en el que se establece una relación diferente con tu propia identidad y con aquellos que te rodean. Hasta el momento el cine se había encargado de perpetuar una serie de estereotipos que no se correspondían con la complejidad que implica ser madre, pero en los últimos tiempos comienzan a aparecer ficciones, sobre todo dirigidas por mujeres, que destierran ese mito de gran momento de plenitud femenina y felicidad que había llevado implícito

'Cinco lobitos', la ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa, aborda muchos de estos temas de una manera profundamente delicada. Habla de la maternidad, en efecto, pero también de las relaciones entre madres e hijas supeditadas a las diferencias generacionales. Amaia (Laia Costa) acaba de tener un bebé y prácticamente se ocupa sola de él mientras su pareja trabaja. No tiene ayuda y se siente ahogada, así que decide trasladarse a la casa de sus padres en el País Vasco para escapar de ese círculo asfixiante en el que se encuentra atrapada. El vínculo que tiene con su progenitora, Begoña (Susi Sánchez), es complejo, existe una especie de barrera, de incomunicación. Durante los meses que pasa con ella, la redescubrirá de alguna manera, llegará a entender sus necesidades, su soledad y sus deseos frustrados. 

“Es una película que tiene muchas capas. La maternidad afecta a las mujeres a todos los niveles, doméstico, profesional, de pareja. Se habla muy poco de eso, de los tabús que arrastra, como la depresión posparto, la ansiedad posparto, el cóctel de hormonas que se genera en ese momento. Una mujer recién parida se encuentra en un momento muy vulnerable, con un montón de nuevas responsabilidades. Pero siempre se prefiere optar por las mamás coraje que luchan contra las adversidades o por el edulcoramiento, pero entre ambos extremos hay otras realidades”, cuenta Laia Costa tras la presentación de la película en la Sección Oficial del Festival de Málaga.  

El ciclo de la vida

Susi Sánchez añade que, en realidad, en la película es como si asistiéramos al ciclo de la vida, a la creación y a la muerte. Y que lo hacemos como si miráramos a través del ojo de una cerradura. “No hay familias idílicas, y lo que quería precisamente la directora era apartarse de todo eso. El concepto de familia sigue siendo profundamente patriarcal y aquí se cuestiona ese constructo. Yo pertenezco a una generación anterior en la que las mujeres no teníamos elección, teníamos que ser las cuidadoras porque era lo que la sociedad esperaba de nosotras. Pero ahora las mujeres tienen otras posibilidades, y en el caso de Amaia, creo que lo que quiere es preservar su entidad individual, algo que me parece muy necesario”. 

'Cinco lobitos' también habla de la necesidad de hablar de los afectos, de recuperarlos. Todo dentro de un espacio de una enorme intimidad casi minimalista, siempre muy pegada a sus personajes, a capturar su evolución en la pantalla a través de sus sentimientos y emociones.