El regreso de 'La comunidad': Hitchcock y Polanski en '13, Rúe del Percebe'
Concebida entre el terror, el humor negro y el esperpento berlanguiano, la película de Álex de la Iglesia protagonizada por Carmen Maura vuelve a los cines 25 años después de su estreno aclamada como una cumbre en la carrera del director

Carmen Maura, en una imagen de 'La comunidad'. / Avalon
Quim Casas
Las más delirantes ficciones cinematográficas acostumbran a partir de anécdotas o situaciones vividas por directores y guionistas que después se convierten en absoluta fabulación. Es el caso de 'La comunidad' (2000), el quinto de los 16 largometraje dirigidos hasta la fecha por Álex de la Iglesia y una de las cumbres de su carrera. Posiblemente sea, junto a su segunda película, la demoniaca 'El día de la bestia', y, por otros motivos, la bárbara 'Balada triste de trompeta' –un relato salvaje y negro sobre payasos que empieza en la guerra civil española y concluye en los últimos tiempos de la dictadura franquista–, la que mejor define el estilo entre cruel y humorístico del director nacido en Bilbao en 1965.
La realidad en la que se inspiró De la Iglesia para urdir la historia de 'La comunidad' surge de la casa familiar en Bilbao. Debajo del piso de su madre vivía una mujer con síndrome de Diógenes. No solo eso. La madre del cineasta le pidió que bajara al piso de la vecina para arreglar unas goteras y De la Iglesia se encontró con un siniestro panorama de basura, excrementos y cucarachas.
La crisis de la vivienda
Poniendo en el centro de tan dantesco escenario a un personaje moribundo, De la Iglesia y su guionista, Jorge Guerricaechevarría –con quien ha escrito buena parte de sus películas, de 'Acción mutante' a 'Mi gran noche'–, pergeñaron una historia en la que sobrevoló inicialmente una idea de Guerricaechevarría enraizada con la actualidad de la crisis de la vivienda: la obsesión de los vecinos que quieren eliminar a un inquilino que goza de renta antigua.
Completaron el original entramado con una referencia a 'La isla del tesoro', de Robert Louis Stevenson, y con ello bordaron definitivamente la peripecia argumental. Julia, una agente inmobiliaria más bien gris (Carmen Maura), encuentra 300 millones de pesetas escondidos entre la basura del piso de un anciano muerto y los esconde en el apartamento de arriba. La comunidad de vecinos del viejo edificio de la Carrera de San Jerónimo de Madrid, controlada por un ambicioso administrador (Emilio Gutiérrez Caba), intentará quedarse con el dinero y eliminar a tan molesta inquilina.
El estilo de 'La comunidad', como es habitual en la mayor parte del cine del director, bebe del absurdo, la comedia negra y el costumbrismo fantástico y cómico, con unas gotas de cine de terror. Destacan las referencias a Alfred Hitchcock y al imaginario del tebeo '13, Rúe del Percebe', las famosas planchas de Francisco Ibáñez que diseccionaban en un único plano general seccionado en una decena de situaciones lo que ocurre en los pisos de otra famosa comunidad. La forma de filmar el edificio y a Maura en las alturas puede recordar al relato gótico, y esa egoísta y finalmente siniestra comunidad de vecinos no dista demasiado de la de 'La semilla del diablo' de Roman Polanski.
Una propuesta coral
El filme inauguró el festival de San Sebastián de 2000 y Carmen Maura ganó el premio a la mejor actriz, galardón que repitió en los Goyas, donde también fueron premiados Gutiérrez Caba y el equipo de efectos especiales comandado por Félix Bergés. Aunque Maura (que intervendrá en la próxima película del director, 'La cuidadora', prevista para 2026) asume el mayor protagonismo, 'La comunidad' es una propuesta coral con un estudiado reparto de característicos: Gutiérrez Caba, Kiti Mánver, Terele Pávez, Sancho Gracia, Jesús Bonilla, María Asquerino, Marta Fernández Muro, Ramón Barea y unos entonces poco conocidos Luis Tosar y Antonio de la Torre. Tras el fracaso de su anterior filme, 'Muertos de risa', De la Iglesia se recuperó con creces: 'La comunidad' costó dos millones y medio de euros, recaudó casi siete millones y obtuvo excelentes críticas.

Álex de la Iglesia y Carmen Maura, en la presentación de 'La comunidad', en septiembre del 2000. / EPC
Si uno de los temas predilectos de Polanski ha sido el de los vecinos como sinónimo de molestia e inquietud –la citada 'La semilla del diablo', 'Repulsión', 'El quimérico inquilino'–, este es también uno de los centros gravitatorios de 'La comunidad'. De la Iglesia hacía referencia a lo incómodo que es a veces el encuentro en el ascensor con un vecino con el que apenas te hablas, y recordaba casos como el del hombre que mató a un vecino porque ponía la música muy alta o el descubrimiento de gente mayor que lleva semanas, meses o incluso años muerta en su casa sin que nadie se hubiera apercibido.
El traje de Darth Vader
De todo esto surgiría la parte más oscura de 'La comunidad', que es también una comedia que entronca con cierta idea del esperpento y el humor negro y costumbrista del que De la Iglesia siempre se ha sentido heredero, el de las películas de Luis García Berlanga y Marco Ferreri escritas por Rafael Azcona en los años 60. Y con… ¡'La guerra de las galaxias'! Eduardo Antuña interpreta a Charly, uno de los pocos vecinos que congenia con la protagonista. Él se define por el traje de Darth Vader que viste en todo momento. Ataviado con él y blandiendo una esperpéntica espada láser, hace frente al resto de los vecinos y lanza la frase "Demasiado tarde. La princesa ha huido. La revolución triunfará. ¡Viva la República!", antes de recibir un buen puñetazo, como antes recibía un tortazo de su madre (Kiti Mánver), quien considera que, vestido del Lord Sith, su hijo parece un travesti.
"Le pusimos a Antuña el casco de Darth Vader y nos enamoramos", recordaba tiempo después De la Iglesia. Y empezó el proceso parar obtener los derechos. "Star Wars España nos dijeron que nunca, que jamás, que prohibirían la película y nos destruirían". Pero, "luego no pasó nada. No teníamos los derechos, pero se lo tomaron finalmente como un 'fan art'. Qué pequeñita era la película para ellos".
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