En la vendimia del pasado 2020 se comenzó a crear el proyecto Laderas del Jiloca, la apuesta de Daroca Bodega, la cooperativa Santo Tomás de Aquino, por recuperar sus viñas viejas. Recolectadas en cajas de 400 kilos, diferenciando entre parcelas, aquellas uvas conforman hoy una gama de tres vinos, un blanco de macabeo y dos tintos de garnacha.

Los presentó el pasado martes mediante una cata su creador, el enólogo Juan Manuel Gonzalvo, que estuvo acompañado por el gerente, Ignacio Bosch, la responsable de exportación, Marta Tornos; y Miguel Cebollada, gerente de la distribuidora Goya Vinos, que se encarga de su comercialización.

La nueva gama, que ya se exporta a Estados Unidos, está elaborada con uvas de viñas viejas de garnacha y macabeo, situados entre los 700 y los 1000 metros de altitud. "Tenemos unas viñas antiguas espectaculares y no podíamos dejarlas abandonadas. Nuestra mayor ilusión siempre ha sido recuperarlas y poder elaborar con sus frutos unos vinos con identidad y con la expresión de un terroir, que solo tenemos nosotros, es único. Hemos apostado por una nueva gama y una nueva imagen, que no tiene nada que ver con el resto de referencias que elaboramos en bodega", comentó el gerente de la bodega, Ignacio Bosch. 

Gonzalvo, el enólogo, explicó que "se trabaja con 150 hectáreas de viñedo viejo de garnacha y macabeo, principalmente en la IGP Ribera del Jiloca y la DOP Calatayud. Anualmente trabajamos con alrededor de medio millón de kilos de uva. Estamos muy ilusionados con la nueva gama de vinos y aprovechamos al máximo todo lo que esta tierra nos da, que es mucho y de muy buena calidad. Sin duda alguna, los suelos pizarrosos y el clima árido y seco marcan la personalidad de nuestras viñas".

Además de elaborar vino, Gonzalvo impulsa la asociación Paisajes del Jiloca, que ya ha logrado la cesión de ocho hectáreas de viñedo antiguo para que no se pierda. Dispone ya de una cincuentena de padrinos, que incluso se atreven con labores vitícolas, como la poda o la vendimia. Y sigue abierta a nuevos socios.

Tres vinos

El blanco, Macabeo de altura, de la cosecha 2020, presenta una interesante concentración, fruto del trabajo con las lías en depósitos con forma de huevo. Se logra así un vino cremoso, más gastronómico que aromático, muy alejado de otros vinos de esta variedad. El denominado Garnacha de altura, medalla de oro en el reciente concurso mundial de garnachas, es el centro del proyecto. Basado en una parcela única de tres hectáreas, a 900 metros de altitud, con un paso por depósitos de hormigón que lo personaliza. Aparece fresco y dulzón, goloso, ideal para degustar por copas, aunque también admite platos ligeros, arroces y carnes blancas.

Finalmente, el más al gusto de enólogo, Garnacha viñas viejas, es una selección de los mejores viñedos, que ha pasado cuatro meses por barricas de segundo uso. Un elegante y equilibrado vino del que apenas se comercializarán 5.000 botellas