Un bar con identidad, símbolo de la Transición en Zaragoza y por el que pasaron todo tipo de artistas comenzando por su fundador, Manolo García, que alternaba estar detrás de la barra con el arte a través de la pintura. El Bonanza (calle del Refugio, 4) cumple 50 años en Zaragoza en plena forma pese al paso del tiempo, ahora con Manolo García, hijo, y Marta, nieta de 23 años, a los mandos.

En este medio siglo, la ciudad, la clientela y todo lo que rodea al bar ha cambiado pero se mantiene “la esencia”, tal como asegura Manolo. “La gente busca divertirse y también la cultura. Lo mismo que cuando empezó el bar pero en otra época, aunque ya no hay tanta cultura ni tanta noche, ni tertulias. Te tienes que acostumbrar y amoldarte a los nuevos tiempos, con internet y las redes sociales, lo que antes se hacía de persona a persona”, cuenta.

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El Bonanza, un bar "historia de Zaragoza", cumple 50 años Andreea Vornicu

La clientela de los inicios ha cambiado “como los tiempos”. Ahora, por el bar pasa “gente joven pero la esencia sigue siendo la misma”. Al sumarse su hija, han estado al frente del Bonanza tres generaciones distintas y multitud de clientes, “que ahora son amigos”. Por ello, como no podía ser de otra forma, la valoración de la trayectoria del local por parte de Manolo es positiva. “El bar ha sido historia de Zaragoza”, subraya. Eso sí, lamenta que en los últimos tiempos, “con el tema del covid todo se haya paralizado un poco”. No es para menos teniendo en cuenta que la crisis sanitaria les obligó a permanecer con la persiana bajada durante más de un año.

El recuerdo de Manolo             

Manolo García, fundador del local junto a Marisa en 1973, dedicó su vida al bar pero también a la cultura, dos facetas que fusionó en el Bonanza y que prolongó durante décadas hasta convertirle en una de las figuras más reconocibles de la capital aragonesa. El bar llegó a acoger cientos de exposiciones de artistas y la figura de Manolo fue reconocida con un documental, ‘Desde el otro lado de la barra’, dirigido por José Manuel Fandos y Javier Estella. Hoy, continúan en las paredes del local distintos cuadros y obras que dejan constancia de esa identidad ligada a la cultura.

“Artista, filósofo, amigo... es una figura fundamental, la que le ha dado vida al bar” y que atrajo a artistas como “Ángel Maturén, Mariano Viejo, Eduardo Laborda y poetas como Ángel Guinda”, en definitiva, a “toda una fauna cultural bastante importante” de la Zaragoza del momento.