La gastronomía está en el centro de nuestra cultura. Es encuentro, emoción, diálogo, y acaso la mejor manera de homenajear al amor.
A todo el mundo le gusta comer bien, celebrar este disfrute en compañía, y si es junto a esa persona querida (haya o no un motivo), lo demás sobra. En Zaragoza, ciudad de buen paladar, abundan los restaurantes donde avivar la llama a través de los ojos... y del estómago.
Recogemos los cinco más destacados.
Taberna La Piedra
Ubicado en la calle Cortes de Aragón, 64, este pequeño pero acogedor espacio, de toque rústico a la par que moderno, y dominado por luces cálidas cuando anochece, es una propuesta idónea para los enamorados apasionados de la carne. En especial, como su nombre indica, a la piedra. Y como en este caso se trata de compartir experiencias, qué mejor que un restaurante donde cada comensal se prepara la carne a su gusto, en la misma mesa, o la de su compañero o compañera íntima (con los riesgos que esto conlleva).
La Senda
Con un Sol de la Guía Repsol de 2021, este restaurante de aspecto minimalista con cierta inspiración barroca, lleno de contrastes en sabor y en forma, invita con sus detalles y texturas a conjugar todos los sentidos alrededor del plato, lejos de las prisas que envuelven la ciudad. Desde la calle Hernán Cortés, 15, ofrece un menú degustación ideal para disfrutar en pareja, que embarca al paladar por las bondades de distintos países. Y quién sabe, tal vez el cúmulo de sensaciones impulse un viaje romántico en el futuro.
River Hall Gastro
La comida se disfruta con el paladar pero también con la mirada. Por eso no podía faltar en la lista el restaurante River Hall y sus maravillosas vistas panorámicas de la ciudad. Ubicado en la margen izquierda, (avenida José Atarés, 7), justo a orilla del Ebro, el establecimiento cuenta con una cocina variada en la que se conjugan las delicias del mar, de la tierra, y el mundo de los postres. Y qué mejor compañía que la imponente basílica del Pilar bajo la noche iluminada de Zaragoza.
La Prensa
Ubicado en el barrio de San José (calle José Nebra, 3), en una zona aislada del mundanal ruido urbano, el restaurante —reconocido con una estrella Michelin— presenta una cocina creativa con toques divertidos. La base es la comida de calidad servida con mucha profesionalidad y discreción, para estar y no ser visto porque dispone de una sala donde se puede crear un ambiente muy íntimo. De lo que era un establecimiento de venta de vinos se ha pasado a un restaurante donde se mezclan los sabores, los aromas y los colores, ya que la vajilla es de lo más variada.
Cancook
Y para abordar esta romántica lista, el nuevo y singular espacio de Cancook, ahora en la calle León XIII, 2-4. El estrella Michelin ofrece dos sugerentes menús degustación para una sala con tan solo cinco mesas y una barra con vistas a una cocina abierta, donde los comensales asistirán a las cuidadas elaboraciones a modo de espectáculo. El establecimiento no cuenta con luz natural, de modo que durante la experiencia no se tendrá noción del paso del tiempo. Únicamente existirá la comida, el buen vino y el amor.
