De carne, vegetarianos, con salsas caseras o de bote. Sustanciosos o minimalistas, tradicionales o refinados. A todo le gusta un buen bocadillo, y las posibilidades para disfrutar de uno en Zaragoza son tantas como ingredientes quepan entre dos rebanadas.

Podríamos enumerar un sinfín de ofertas en esta lista, pues bien es sabido que, en cuanto a variedad gastronómica se refiere, la capital aragonesa no se queda corta. Con la intención de recoger el espíritu de lo nuevo y de lo clásico, en esta ocasión hemos seleccionado 5 rincones de la ciudad en los que disfrutar de un rico bocadillo.

Mostaza

Qué mejor manera de comenzar esta lista que con uno de los iconos de la comida rápida en Zaragoza: la bocadillería Mostaza (calle Eduardo Dato, 8). Nacida en 1991, debe el reconocimiento de varias generaciones a la calidad de sus productos, el inconfundible sabor de sus bocadillos y hamburguesas y, como no, la atención del servicio. Después de más de 30 años, el Mostaza continúa sumando fieles, que pasado el mediodía o rondando la medianoche entran en este pequeño pero acogedor espacio a por un beicon y queso, una hamburguesa completa o una cervela (con su mostaza casera).

Bocatart

Surgió en 2013 en la calle Pedro Cerbuna 9, en pleno meollo de la Ciudad Universitaria. Tras cuatro años de duro trabajo y con muchas comandas a la espalda, inauguraron su segundo establecimiento en la calle Manifestación 19, muy cerca de la plaza del Pilar, y recientemente han cogido el testigo al bar Erasmus en Pedro Cerbuna, 23. La carta alberga decenas de bocadillos dedicados a los amantes de la carne, bajos en calorías y opciones vegetarianas. En Bocatart cada propuesta tiene una identidad distinta y reconocible, de ahí que cada uno de sus bocatas, hamburguesas, ensaladas y platos combinados lleven el nombre de un personaje célebre. Merece la pena averiguar por qué.

Nevada

De vuelta a los clásicos, no podía faltar la bocadillería Nevada (plaza San Francisco, 11). La historia de este negocio tiene mucha miga, que empezó como una heladería hace más de 60 años. Pero la influencia de los soldados americanos de la base aérea hizo pronto su efecto y, por petición de estos, empezaron a servir hamburguesas. Las primeras de la ciudad, pero en pan alargado y con sus famosas salsas caseras. Nevada todavía mantiene la esencia y el sabor de aquellos años, solo que con más propuestas y en un local modernizado. Su producto estrella, al igual que sus recetas tradicionales, no ha cambiado. Es la hamburguesa completa, compuesta de carne, beicon, queso edam, tomate frito casero, mostaza al estragón y cebolla. 

La Antilla

Otro imprescindible en el mundo de los bocadillos de autor es La Antilla, en calle Alcalde Gómez Laguna, 25, junto al Centro Comercial Aragonia, y en Hernando Aragón, 1, al lado del paseo Independencia. Los que aprecian un buen lechazo encontrarán aquí un buen lugar para el disfrute, especialmente por su bocata de Ternasco de Aragón y el de pierna de Ternasco de Aragón con huevos rotos. Pero, como puede imaginarse, esto no es todo. Los fanáticos del bocadillo encontrarán otras posibilidades igual de apetitosas, divididas en dos amplias listas. Los bocadillos tradicionales, para los amantes de los clásicos, y 'Los + elaborados', así como ensaladas, tostadas y platos para compartir.

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El Calamar Bravo

Concluimos la lista con uno de los rincones más emblemáticos de Zaragoza, conocido dentro y fuera de la ciudad por su bocadillo de calamares y sus patatas bravas, ambos acompañados de una deliciosa salsa secreta que atrapa a todo aquel que la prueba. Prueba de ello son las largas filas que se forman en su local de la calle Cinco de Marzo, 14, los fines de semana o en la fiestas del Pilar. Decenas de personas que aguardan impacientes hasta llegar a la mítica barra de aluminio que preside El Calamar Bravo. La carta de este icono de la hostelería zaragozana se completa con mejillones, tortilla de patata, boquerones, ensaladilla rusa o salmueras y tapas variadas, ideal para acompañar o preceder su célebre bocadillo.