Normalidad, esa normalidad tan esperada tras unas fechas agitadas y agotadoras, tanto para hosteleros como clientes.

No hemos parado de beber, de comer y de celebrar, pero también es cierto que por mi trabajo y amistades nunca paro de celebrar, y eso me pasa porque soy un afortunado. Todas las semanas tengo visitas dignas de una pequeña celebración, por la felicidad que supone la presencia de esas personas en mi casa, y que ya sienten como suya.

El whisky de los jueves de Edu, la cerveza furtiva de Ezequiel, el algo con mezcal de Félix, el Apple de Cristian, el lo que sea de Javi, el chispazo de Adriana, el Piedras de Piñón... son tantos los rostros que entran con una sonrisa en Moonlight (e)xperimental Bar y reciben una igual o más grande que ¿cómo no voy a celebrar?

Podría llenar páginas y páginas de nombres y sus bebidas favoritas, ustedes son Moonlight, ustedes lo hacen posible y claro que sus visitas son dignas de la máxima alegría.

Por eso soy tan afortunado, porque vivo en una celebración constante, una celebración por la amistad y la vida.

Un cóctel que para mí representa alegría es el Gin Fizz de Ruibarbo pero servido de una forma especial y bebido con gente especial.

Este cóctel tiene historia, no desvelaré nombres, pero 5 fueron los implicados en crear la fama a este cóctel en Moonlight.

Nos los preparaban de 2 en 2, y pedíamos que nos fueran servidos en porrón. Una vez había salido un porrón, se comenzaba a preparar el siguiente, y así fue hasta 17 veces...

Esto del porrón es culpa de otro local, Hoppy, donde nos comentaron a Félix Artigas y a mí que las Cantillon se podían beber de esa manera, y como pueden imaginar salimos a comprar uno, para bebernos una en casa y otros manjares que no procede mencionar.

Quisimos y logramos, ir puliendo la técnica del porrón, en tiempo y altura, hasta plantearnos crear un concurso (demasiado porrón) y esto llevó a tener uno en mi local.

Créanme que si hace tiempo que no beben de esta manera deberían hacerlo, en una mesa con buenos amigos, y sin prisa. Debía ser parecida la sensación de reunirse para fumar la pipa de la paz, dentro de un tipi, pues esto no va de emborracharse, va de compartir y reír.

La receta es:

  • 60ml de Gin Tanqueray
  • 30ml de Zumo de Limón natural
  • 15ml de Sirope de Azúcar
  • 10ml de Clara de Huevo
  • 2 golpes de bitter de Ruibarbo
  • Top de Soda

Empezaremos poniendo en la coctelera ginebra, zumo, sirope, clara y bitter.

Agitaremos con mucho hielo hasta que esté bien frío, después retiramos el hielo y volvemos a agitar con energía para montar bien la clara.

Una vez lo tengamos con la textura deseada, abrimos y le añadimos un poco de Soda, no debemos pasarnos, solo un poco, y después lo ponemos en nuestro porrón, que a poder ser estaría frío.

Las cantidades se deberían duplicar para hacerlo doble y llenar más la capacidad del porrón.

Y ya está, solo queda compartir y celebrar la amistad que es un valioso tesoro.

¡Viva el porrón!