Cambios, cambios, todo son cambios, a veces me siento en un mundo extraño, subiendo, bajando, escalones automáticos pero yo sigo estando en el mismo peldaño...

Esta semana empiezo con la canción 'Cambios', de Cookin Soul y Mucho Muchacho, perfecta para la ocasión.

Se respiran nuevos aires en la hostelería, un ejemplo de ello es Pamparola, en el mismísimo Tubo. Menuda locura han montado nuestros amigos en lo que un día fue Casa Pascualillo. Eso es justo lo que nuestro sector necesita, más "locos" valientes e inteligentes que traigan propuestas nuevas y cuidadas para dar valor a nuestra tierra.

Todo proyecto que venga respaldado por profesionalidad es sólido, ya sea un restaurante, un libro, un disco... todo necesita de gente preparada y enamorada de su oficio.

Esto último me da pie a decirles algo, eso que se dice de "si trabajas de lo que te apasiona no trabajarás nunca" es una absoluta mentira, algo que de tanto oír nos lo hemos creído, pero trabajar es trabajar, y también para aquellos que amamos nuestro oficio, y que además del día a día de nuestro negocio nos embarcamos en proyectos hermosos y motivadores, pero entiendan que también generan mucho desgaste anímico, físico y emocional. Por ello, cuando abran un nuevo local de hostelería, comercio o establecimiento de cara al público en su barrio, calle o cerca de su día a día se acerquen a conocer su historia, hablen con esos valientes que se lanzan a la aventura empresarial, les aseguro que descubrirán a personas maravillosas, con una fuerza fuera de lo común.

Dicho esto, y conociendo a la cabeza de este nuevo proyecto llamada Angela Simonetti, voy a proponerles uno de sus tragos que es pura delicia, el Pamparola Spritz.

  • 30 ml de Vermut Blanco
  • 15 ml de Infusión de Frutos rojos y Miel
  • 15 ml de Licor Floral

Todos estos ingredientes servidos en copa de vino con tres hielos, remover y terminarlo con Prosecco al gusto.

Te puede interesar:

También les voy a decir que aunque nos han regalado su receta para que la puedan realizar todos ustedes, lo mejor será que pasen por su local y lo pidan mientras alucinan con la trasformación de semejante espacio.

Mucho orgullo por proyectos así en nuestra ciudad, mucho orgullo por equipos tan apasionados y profesionales. Por casualidad, mientras escribo estas líneas, se ha pasado Jimmy Valios por Moonlight para traerme una maracuyá que ya desde la entrada su olor se ha apoderado del local, a contarme que unos jóvenes van a importar frutas desde Ecuador directamente a Zaragoza y que la tenía que probar, y después me quedo viendo la fachada del Restaurante Maite, recordando la experiencia que viví este pasado martes con su menú degustación y maridaje, pensando en lo inspirado y motivado que salí de esa comida. Es imposible no estar orgulloso de la gastronomía de esta ciudad. Por cierto, en Moonlight (e)xperimental Bar también se avecinan cambios, pronto los compartiremos con ustedes.