No hace mucho tiempo me encontraba sentado en la hermosa barra de Isa, en el imponente Four Seasons de Madrid, disfrutando de los tragos de Miguel Pérez, pensando que eran las bebidas más sumamente delicadas que había tenido el privilegio de probar. Analizaba cada detalle, color, temperatura, vajilla, luz, comodidad, ambiente... todo era perfecto, pero sobre todo los tragos, lo repito, la delicadeza de los sabores eran de una elegancia abrumadora, y es que debe ser muy complicado plantear una carta de cócteles que esté a la altura de semejante espacio, pero Miguel lo ha hecho sin problemas, haciendo que parezca fácil cuando es todo lo contrario. Minimalismo bien entendido y bien aplicado, nada de discurso vacío, nada de clientes engañados.

Y de golpe me veo preparando cócteles en este lugar, ¿es un sueño? no lo sé, pero lo parece. Además, no estoy solo, me acompaña un amigo, escudero, hermano y confidente, él es Cristian Palacio, al que le pregunté si me acompañaba a un evento en "un bar", sin darle más explicaciones dijo sí, y a tremendo "bar" fue al que se vino de sorpresa.

Preparamos un menú basado en el sabor, y nuestra tierra.

Empezamos con un Amer Empirical Bier, con Sympony 6, un clásico versionado acompañado por un crujiente de piel de pollo con reducción del jugo del pollo asado.

El segundo pase fue 'Verde' Symphony 6 con piparras y gewurztraminer con un plato de Guisante Lágrima y colágeno de cabezas de merluza, plato que fue la niña bonita de la noche. Seguimos con un Tomys & Ayuk Margarita y una carrillera de ternasco con boniato sumamente deliciosa. Para acabar, The Plum Cold Brew, versión del Espresso Martini con aire japonés por el aporte del sirope de Anko, que combinó de 10 con el café de Alberto de Elio & Coco, y un mochi del Caramelo de la abuela, el mítico Solano de café, final que enamoró a todos los asistentes.

Te puede interesar:

El sueño fue posible por estar arropado (una vez más) por la marca Empirical, marca a la cual tengo en tremenda estima, hace un tiempo me regalaba mi amigo Curro Polo una lata con uno de los cócteles que preparaba Empirical, me contaba lo impresionante que eran, y ahora soy yo quien hace cócteles con ellos, otro logro que es posible gracias a Eme Otero, persona a la cual hace años admiraba, pero ahora que lo conozco de verdad puedo decir que sigo admirándolo y también considerarlo un buen amigo, de esos amigos que alegran tu vida, de forma pura y sincera.

Es increíble todo lo que pasa alrededor de un cóctel, da miedo pensar que todo lo que sueño se cumple, ya puedo soñar tan alto como quiera que se acaba haciendo realidad. Soy muy consciente de algo que me hace sentir orgulloso, algo que me hace sentir aún más afortunado de ir cumpliendo estos sueños, todo, absolutamente todo lo bueno que me ha pasado y que he logrado en este tiempo es gracias a estar rodeado de personas buenas y que me quieren bien, eso sí es un auténtico sueño. Gracias a tantos por tanto.