Zaragoza cuenta con un nuevo restaurante en honor al pintor Francisco de Goya. El restaurante Delirio se ha convertido en la última apuesta empresarial de Grupo Laminero, encabezado por Luis Martín, Jorge Mata y Aldo Sorrosal, que se ha convertido en uno de los grupos hoteleros más consolidados de Zaragoza tras el éxito de otros locales de moda como Birabola o Sr.Cachopo entre otros.
Delirio ha cogido el relevo deThe Moonkeys en la calle Baltasar Gracián 2 en la esquina con la avenida de Goya de la capital aragonesa a escasos metros de la estación que lleva su nombre. El local cuenta con una ambientación en época barroca de la mano de una gastronomía transgresora sin perder de vista los toques clásicos del rococó. Se trata de un proyecto único que busca utilizar la fuerza, color y belleza de la pintura y la escultura, cómo elementos principales de una estética tematizada protagonizada por los juegos de pinturas al óleo, cuadros interactivos o incluso atuendos de una época pasada.
“Apostamos por una fusión entre la gastronomía más casual y transgresora sin perder de vista una clara tendencia a los clásicos de toda la vida”, advierten desde Grupo Laminero. El espacio presenta un mágico lugar donde arte y gastronomía convergen en un mismo espacio de forma delirante. “Creemos que esta es nuestra mayor ida de Goya” bromean sus fundadores entre risas, por eso, el Delirio comienza desde el momento en el que se pone un pie en el establecimiento.
Sorpresas en el interior
Una vez se accede al local, las sorpresas no dejarán de producirse. La música, la decoración, la ropa del personal ...hasta el olor de las obras de arte que decoran sus paredes nos trasladarán a otro momento en el pasado. "Y más cosas que tendréis que descubrir por vosotros mismos" añade Alejandro Aldana, gerente del restaurante.
En cuanto al concepto gastronómico, Edu Comín, asesor gastronómico y profesor en la escuela TOPI, junto a José Rubio, jefe de cocina, han decidido hacer una carta que se balancea entre arte virtual y gastronomía: desde un cuadro creado con carpaccio de ternera, hasta un postre de tiramisú que deberá "crear" el propio cliente. Entre obras, garabatos y antigüedades de época goyesca, un excepcional equipo humano, que junto a una decoración exquisita, busca la inmersión y un viaje inolvidable a la época del pintor.