Fran Luján, 'influencer' gastronómico: "La oferta de restaurantes de Zaragoza y Aragón es brutal"

El 'influencer' gastronómico y community manager zaragozano, Fran Luján. / SERVICIO ESPECIAL

El influencer gastronómico Fran Luján ha hecho de su pasión una forma de vida. Con más de 22.000 seguidores en su cuenta de Instagram (@franlujanzgz), lo que comenzó como un hobby, con la escritura del blog Zaragoza Comilón, se ha convertido en una profesión. Además de community manager de restaurantes, Luján se dedica a explorar y dar a conocer en su perfil todas las novedades culinarias que se cuecen en la ciudad. Con él conversamos para saber cómo vive la Navidad y cómo ve la oferta gastronómica actual.
Muchas personas le siguen en redes sociales para saber qué restaurantes están de moda y que platos no hay que perderse. ¿Cómo ha sido el proceso hasta convertirse en un ‘influencer’?
Empecé en esto de las redes en torno al 2016 con un blog de cocina. Me gustaba mucho cocinar para mis amigos, siempre estaba haciendo recetas y ellos me animaron: ‘Chico, ¿por qué no haces un blog y compartes estas recetas con nosotros?’. Entonces puse en marcha un blog que se llamaba Zaragoza Comilón y a raíz de ello comencé a utilizar Instagram. Las fotos que hacía para el blog, las compartía en Instagram, y luego empecé a poner fotos de restaurantes donde iba, cocineros que conocía, y así fue creciendo poco a poco hasta el día de hoy.
De hecho, este 2023 le han reconocido con el Premio a la Mejor Difusión Gastronómica en RRSS. ¿Qué se siente al ver recompensado su trabajo de esta manera?
Para mí fue un subidón. Me dedico a esto a nivel amateur desde hace unos seis o siete años, y a nivel profesional, los últimos tres años. Que en tres años ya me otorguen un premio de esa magnitud, y nada más y nada menos que la Asociación de Cocineros de Aragón, para mí fue todo un shock. Ese día me quedé muerto.
¿Cuáles diría que son las claves para ser un buen ‘influencer’ gastronómico?
Pues yo tengo dos premisas. La primera es cuidar el material que publico, que sea una foto bonita, estética, bien cuidada, bien editada… Intentar que la foto sea lo más agradable posible. No voy a un sitio y lanzo la foto esté como esté, cuido mucho la imagen y la fotografía. La segunda premisa es que me gusta ser muy sincero. La gente que me sigue sabe que soy muy sincero en lo que hablo y lo que cuento. Esa confianza que la gente me tiene, hace que tenga un público muy fiel. De esos 22.000 seguidores, hay gente que me sigue desde el primer día, y me comenta y me escribe, y eso es porque transmites confianza. Tengo seguidores que depende de cómo publique una cosa u otra, ya me dicen: ‘este te ha gustado más’, ‘este te ha gustado menos’. Porque saben cómo lo cuento y si soy muy efusivo es que me ha gustado mucho, y si no, es que no me ha gustado tanto.
¿Intenta ser siempre constructivo en sus críticas?
A ver, yo no soy crítico gastronómico, no he estudiado para ello. Rechazo mucho a los críticos gastronómicos que se han creado por ciencia infusa o las cuentas de Instagram que valoran de 0 a 10 un establecimiento sin tener ningún tipo de estudio gastronómico. Yo no voy a un sitio y te pongo una nota, porque yo no soy nadie para ponerte una nota, yo cuento mi experiencia de una forma constructiva. Me gusta más, lo cuento mejor; si me gusta menos, no quiero hacer daño a nadie, porque has podido tener un mal día, un cocinero de baja... En una experiencia gastronómica hay muchos factores y contar algo para hacer daño, nunca.
¿Cómo vive usted la Navidad? ¿Suele tener mucho trabajo por estas fechas?
Me dedico personalmente a llevar redes sociales de restaurantes. Como comprenderás, entre cenas de empresa, reuniones familiares, que empiezan a crear todos sus menús de Navidad… Para mí estas fechas son una locura.
¿Es de los que pasan la Navidad en familia o sale a comer fuera?
Soy muy de hacerlo en familia, Nochebuena y Navidad siempre en familia. De unos años para atrás es verdad que Nochevieja la paso con amigos, casi siempre en una casa rural, no soy muy de ir a cenar una Nochevieja a un restaurante. ¿Por qué? No lo sé. Me sale un poco mi vena progresista (risas). Yo considero que una Nochevieja la gente tiene que cenar en familia, y que el camarero y el cocinero también se merecen cenar en familia. Salir a echar unas copas después, sin problema, pero lo que es la cena, procuro hacerla en casa.
¿Y cocina también en estos días?
Sí, yo soy muy cocinillas, mi profesión frustrada ha sido la de cocinero. Si quedo con un grupo de amigos, estoy muy metido en la cocina, no soy de los que espera en el salón con la cervecita.
¿Le gusta la cocina tradicional o prefiere innovar?
Soy de cocina tradicional en estas fechas, el asado de ternasco no puede faltar, el pescado… Nos gusta innovar en los entrantes y él los aperitivos, eso sí. Pero luego el plato principal tiene que ser un buen ternasco de Aragón que para eso lo tenemos, que es algo que no lo tiene nadie en el mundo.
¿Cuál es su plato navideño favorito?
Pues parece una tontería, porque es una cosa que se puede comprar todo el año, pero que no suelo comprar habitualmente y lo como solamente en Navidad, que son las patas de araña. Si me dejas una caja de patas de araña o bocas, puedo cenar solo eso. Es algo que me encanta y lo asocio a la Navidad.
¿Cómo ve la oferta gastronómica en Zaragoza y en Aragón?
Pienso que es brutal. Con la pandemia pensábamos que se iba a ir todo al traste, que la hostelería estaba agonizando, pero resurgieron y lo hicieron con más fuerza que nunca. Todo el mundo quería vender, hacer bonito lo suyo, se invirtió mucho en los locales… ¡Es que tenemos ocho estrellas Michelín en Aragón! Subieron el nivel una pasada, y tenemos sitios muy de referencia en Zaragoza en los que se come muy bien.
¿Qué tendencias se observan actualmente?
Ha habido un boom general de hamburgueserías, el tema del fast food ha crecido enormemente y es una rueda que sigue. Particularmente, me gustan los sitios que hacen cocina fusión, me va más el rollo modernete en la comida: la cocina oriental, platos más exóticos… En ese sentido, soy menos tradicional. Se están abriendo muchos restaurantes, restaurantes de nivel en los que prima el producto y el servicio. Ya no se abre un restaurante así a lo loco, ahora los restaurantes abren estando muy estudiado el diseño, la decoración, la carta, el personal… En ese sentido, se está mejorando muchísimo, se ofrece toda una experiencia.
- Un vecino de Zuera que sufre cáncer terminal: 'Llevo casi dos años esperando la incapacidad
- Condenado el Ayuntamiento de Zaragoza a pagar 75.000 euros por no actuar a tiempo en un caso de conflictividad laboral
- La inesperada despedida de Manu en Pasapalabra tras su sufrida derrota en el rosco: 'Me ha cambiado por completo
- Sorpresa en Pasapalabra: se desvela la relación entre Rosa y Orestes
- Tres grandes cárnicas, Vall Companys, Incarlopsa y Cañigueral, se alían para comprar el 100% de la neerlandesa Inga Food
- Adiós a las sombrillas: el nuevo invento dispuesto a cambiar los veranos en la playa para siempre
- El amargo final de Nieto
- Continúan las quejas en los comedores escolares de Aragón: 'Ayer 20 niños se quedaron sin pollo