El día anterior cortamos el pan transversalmente en forma de bastoncillos.
Lo humedecemos poco a poco con sal (primero el agua y luego la sal).
Si el pan está muy seco, usamos más agua.
Tapamos con un paño de cocina (a ser posible de algodón) para que no queden secas.
Para cocinar las migas ponemos el aceite y los ajos chafados con la piel en una sartén honda friéndolos muy despacio con el fin de que queden igual de fritos por dentro que por fuera.
Cuando ya estén fritos, añadimos las migas removiendo poco a poco a fuego moderado hasta que se desprendan del fondo de la sartén.