Aragón, tierra de cine. A nadie se le escapa que es verdad. Con este lema la comunidad ha querido atraer en primer lugar grandes producciones audiovisuales, pero también sacar jugo y potenciar el turismo que lleva a miles de personas a peregrinar hasta los lugares en los que se han rodado sus series y películas de culto. O simplemente porque Aragón llama cuando ves sus encantos en un audiovisual. Este arte es para el turismo una de las mejores herramientas de promoción, ya que permite transmitir que Aragón es una tierra que merece la pena ser visitada. No solo han crecido las producciones audiovisuales que se hacen en el territorio en los últimos años gracias a la creación de la Aragón Film Commission, sino que son más las personas interesadas en llegar a los lugares en los que se han realizado los rodajes, algo que sumado al resto de la promoción turística llevada a cabo por Turismo de Aragón se traduce en un mayor número de pernoctas y visitantes.

La comunidad no solo ha sido la cuna de grandes cineastas como Segundo de Chomón, pasando por Luis Buñuel, Adolfo Aznar, Florián Rey, José Antonio Duce, José María Forqué o Carlos Saura, por citar algunos; sino que ha atraído a otros muchos directores de la talla de Bigas Luna, que se enamoraron de este territorio para rodar sus películas. Porque al talento se suma que Aragón ofrece una gran diversidad de localizaciones en una sola región, desde montañas de más de 3.000 metros, pasando por llanuras, desiertos, bosques, ríos y lagos. También edificios singulares del siglo XXI que contrastan con castillos medievales y ruinas de batallas. Y eso lo han sabido aprovechar los cineastas. El primero se centró en la capital; fue el zaragozano Eduardo Jimeno, que rodó Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza en 1897, considerada la primera película del cine español. Después, los grandes páramos que también caracterizan a la comunidad, como el desierto de los Monegros, hicieron que Aragón se adaptara de maravilla al fenómeno cinematográfico del spaghetti western en los años 50 y 60. Si el zaragozano barrio de Valdespartera ha dedicado la mayor parte de los nombres de sus calles al cine es, entre otros motivos, porque fue escenario de rodajes internacionales. El entorno desértico en el que se ubicaba el barrio fue en 1959 el punto en el que King Vidor rodó Salomón y la reina de Saba.

Ya en la década de los 90, otros géneros también han sido protagonistas del desierto monegrino. Bigas Luna lo escogió para Jamón, Jamón (1992), o Vicente Aranda en Libertarias (1996). Alcolea de Cinca, Candasnos, Sariñena, Fraga, Bujaraloz, Castejón de Monegros, La Almolda o Sariñena también han sido sets de rodaje para muchos filmes, localizaciones monegrinas que han servido por ejemplo a Paula Ortiz y Agustí Villaronga para La Novia (2015) e Incierta Gloria (2017), respectivamente. La segunda temporada de la serie Hanna también ha elegido la estepa monegrina para grabar alguno de sus capítulos.

La provincia de Huesca ha sido escenario de más de un centenar de rodajes y es quizá la más reconocida por ser un plató natural de cine. El más utilizado, el castillo de Loarre, donde Carlos Saura rodó La noche Oscura (1989) y Ridley Scott hizo lo propio con El reino de los cielos en el 2004. Más hacia el Pirineo, hasta los valles de Gistaín y Pineta viajan muchos atraídos por las escenas de la adaptación de la novela de Luz Gabás, Palmeras en la nieve (2015); y también hasta los singulares valles de Hecho y Ansó a los que llegó Mario Casas en Bajo la piel del lobo (2017). Las localizaciones del western Les Frères Sisters protagonizado por Joaquin Phoenix y Jake Gyllenhaal rodado en el 2018 se ubicaron entre Jaca, Huesca, Ayerbe y Hecho.

Que en los últimos años lleguen más rodajes de este calado y con actores de este nivel, no es fortuito. Y eso es lo que Turismo también utiliza como herramienta de promoción. Desde el 2016 con la creación de la Aragón Film Commission, la comunidad ha acogido todavía más rodajes internacionales que han servido para vender el patrimonio y la cultura aragonesa en el exterior. Destacan The Promise (2016), rodada en Albarracín y su entorno, protagonizada por Christian Bale y Oscar Isaac; El Hombre que mató a Don Quijote (2018) con escenas en el Monasterio de Piedra, o la última producción de Spiderman que llegó hasta el pueblo viejo de Belchite en el 2019. Sos del Rey Católico y las Cinco Villas acogieron secuencias de la cinta The Trip To Spain (2016) de Michael Winterbottom.

CAPÍTULOS INTERNACIONALES

Las series internacionales también le han cogido el gusto a Aragón. La temporada 2 de The Grand Tour en el 2017 llevó a su set de rodaje al Portalet, Aínsa y Boltaña y la serie Running Wild protagonizada por Bear Grylls (famoso por El último superviviente) llevó a los parajes de Montfalcó y Canelles a Lena Heady de Juego de Tronos y Uzo Aduba de Orange Is the New Black al Ibón de Piedrafita. También Chris Tarrant viajó hasta Canfranc, Mallos de Riglos y Zaragoza para su programa sobre viajes en ferrocarril, Extreme railway journeys.

Los nacionales también eligen Aragón. Almodóvar rodó en la provincia de Huesca la película Julieta (2016), Miguel Ángel Lamata lo hizo entre Zaragoza, Boltaña y Teruel con Nuestros Amantes, mientras que García Velilla llevó a Graus la comedia Villaviciosa de al lado. Las últimas, han sido Las niñas de Pilar Palomero en Zaragoza o Uno para todos en Caspe, entre otras grandes producciones. Las series nacionales como el Ministerio del Tiempo, La catedral del mar, Conquistadores Adventum, Monteperdido o El último show también han elegido localizadciones como Veruela, Sos del Rey Católico Benasque o Zaragoza para sus capítulos.

Desde Turismo de Aragón creen en el audiovisual como una herramienta de promoción turística que atrae visitantes. El cine, como cultura de calidad, sirve de escaparate de Aragón al mundo; porque el cine no solo enseña una historia, sino que muestra paisaje, cultura, personajes ilustres y maneras de vivir. T