Valles recónditos, espectaculares cascadas, paisajes espectaculares y pueblos de cuento. Estos son algunos de los lugares que esperan a los visitantes en la provincia de Huesca. El verano es un buen momento para perderse por el norte de Aragón y descubrir alguno de los mágicos rincones que ofrecen el Pirineo y su entorno, en los que poder disfrutar de unas vacaciones tranquilas, sostenibles y en pleno contacto con la naturaleza.
Si tienes pensado pasar aquí tus vacaciones, desde Huesca la Magia, el portal de turismo por excelencia de la provincia, te recomiendan estos siete lugares que visitar para sumergirte de lleno en la magia de Huesca, donde encontrarás planes para todos los gustos y estilos.
1. La Provenza oscense
El valle de Baliera cuenta con poblaciones muy pintorescas que parecen sacadas de la Provenza francesa, como Castanesa o Castarné. Pueblos acogedores, románticos, medievales, repletos de encanto y paisajes hermosos. Aunque aquí no tienen campos de lavanda, existen amplios prados y espacios por los que pasear o disfrutar de actividades en la naturaleza.
Castarné es uno de esos pueblos que destaca por su arquitectura tradicional oscense. En la parte baja del pueblo y frente al Castillo de los Azcón o Castillo Negrum, se encuentra la iglesia dedicada a la Virgen de la Collada. En la parte más alta de la localidad, se encuentra El mirador del Castellot donde podrás apreciar unas maravillosas vistas del valle.
2. El valle de Ordesa
Otro de los lugares que no puedes pasar por alto en tu visita es el valle de Ordesa. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (considerado por algunos como el Yosemite español) es sin duda, con sus más de 100 años de historia, uno de los atractivos turísticos de la provincia de Huesca. Miles de turistas acuden durante todo el año a descubrir esta maravilla natural que sobrecoge y hace sentir la magia de la naturaleza.
Se trata tal vez de la región más espectacular de todo el Pirineo, con sus profundos cañones, altas cumbres, imponentes cascadas, bosques centenarios y una variedad de paisajes difícil de encontrar en otras zonas de la cordillera. Existe una ruta circular de 2,5 horas de duración que se puede realizar con niños o la ya clásica excursión a la Cascada de la Cola de Caballo, de poco más de 5 horas de duración.
También en el valle podrás realizar excursiones en 4x4. Otra opción es descargar adrenalina en la tirolina de Fiscal, de 2 kilómetros de longitud, donde recientemente se batió el récord mundial de velocidad en esta clase de instalaciones.
3. Alquézar y las pasarelas del río Vero
Alquézar es una de las villas más populares de la provincia de Huesca, primero fue fortaleza árabe, luego pasó a ser el trampolín por el que se llevó a cabo la reconquista y hoy es un lugar de peregrinación para los aficionados al barranquismo que llegan hasta el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
¿Quién no ha oído hablar en algún momento de las pasarelas del río Vero en Alquézar? Se trata de una de las excursiones más populares por los alrededores de la localidad. Un recorrido circular para descubrir paisajes únicos, de agua, roca y cuevas, y por supuesto conocer la arquitectura tradicional de esta maravillosa villa, declarada uno de los pueblos más bonitos de España y del mundo, que se levanta sobre el cañón del río Vero.
4. El valle de Tena
El valle de Tena es otro de los puntos neurálgicos del turismo de la provincia de Huesca. Muestra de ello es que cada temporada sorprende a los visitantes con actividades diferentes, muy divertidas, incluso alguna de ellas como la de dormir en un iglú, declarada como Mejor experiencia turística de Aragón.
En familia es imprescindible la visita al Parque Faunístico de Lacuniacha donde se ofrecen distintas actividades según la época, y para los más aventureros, la tirolina doble más larga de Europa permite sobrevolar a 120 metros de altura el lago de Bubal y disfrutar del valle de Tena desde una perspectiva distinta.
En las localidades de Sallent de Gállego y Biescas se puede admirar la arquitectura tradicional de influencia francesa, mientras que Panticosa ha estrenado este 2021 la ruta de las pasarelas sobre el río Caldarés.
5. El valle de Zuriza y Ansó
Otra visita recomendable en Huesca en verano es al valle de Zuriza hasta el Refugio de Linza, a unos 20 kilómetros en coche desde Ansó, por una preciosa carretera de alta montaña, hasta llegar al refugio, un entorno precioso, con vacas pastando en los prados y rodeados de altas cumbres.
Solo disfrutar del entorno es una experiencia inolvidable, pero si te quedas con ganas de más pueden realizar rutas de trekking, senderismo, trail running, mountain bike, ciclismo, etc. A la bajada se puede comer en una de sus bordas, cámpings o cualquier establecimiento donde degustar unas buenas migas y carne a la brasa.
Ansó es otro pueblo de Huesca reconocido como uno de los más bonitos de España y del Mundo. Dar un paseo por el pueblo, hace que te traslades al pasado. Sus calles están especialmente bellas en verano, inundadas de flores. Cerca de ahí se puede visitar Hecho, otro pueblo maravilloso para perderse por sus calles y disfrutar de sus gentes, o Siresa con su histórico Monasterio de San Pedro de Siresa.
6. El lejano Oeste en Los Monegros
Los Monegros son un rincón que rápidamente relacionamos con desierto. Es así, pero además de un paisaje único, posee otros muchos atractivos como una ruta de monumentos mudéjares de la zona. Este lugar de la provincia de Huesca esconde lugares como la Laguna de Sariñena, un paraíso para los amantes de las aves, y cuenta con diversas rutas para los aficionados al ciclismo y el BTT.
La naturaleza ha cincelado con el paso del tiempo un insólito paisaje en la zona denominada La Serreta, donde el visitante se sentirá como en el Lejano Oeste. Los torrollones (enormes rocas que desafían el paso del tiempo con su inverosímil verticalidad) dan nombre a una ruta senderista que atraviesa lugares como Piracés, Tramaced, Fraella, Marcén y Sodeto, donde se encuentra el parque de aventura La Gabarda.
7. Huesca monumental
Además de su impresionante naturaleza, en Huesca existen multitud de pueblos con encanto que emanan cultura y tradición. Lugares como Fonz, preciosa villa renacentista, o Aínsa, que conserva intacta su esencia medieval, y monumentos como el Monasterio de San Juan de la Peña, el Castillo de Loarre, auténtica fortaleza de película, o la catedral de Roda de Isábena, que atraen cada verano a cientos de turistas.
Huesca capital también es una ciudad tranquila que ofrece una importante oferta cultural. Durante mucho tiempo ha sido una gran desconocida, razón por la que quienes llegan hasta allí se llevan tantas sorpresas. La oficina de turismo se encuentra en la plaza López Allué (Teléfono 974 29 21 70), donde organizan visitas guiadas.
Más información en la web de Huesca la Magia.
