Delicada y frágil, la cerámica vuelve a estar de moda y se debe a los distintos talleres de cerámica que encontramos en la ciudad de Zaragoza. A raíz de la pandemia, la gente ha cambiado sus gustos y ha decidido experimentar con nuevas actividades en su tiempo libre. Aprender a manejar el torno para crear figuras de cerámica ha sido una de las actividades que ha levantado el interés de la gente y que tiene al barro cocido como el material fundamental.
La época post pandemia ha dejado a muchos sectores trastocados pero los talleres de cerámica artesanal han visto cómo el número de alumnos para acudir a las clases que imparten se multiplicaban. La cerámica es un arte que nos ha ido dejando creaciones de una gran riqueza cultural desde tiempos de antaño hasta la actualidad.
Uno de estos talleres es ‘Robin cerámica’. “A la gente le han entrado ganas de aprender este arte que se elabora con las manos. En mi caso, debido a la pandemia he multiplicado el número de clases”, afirma Mercedes, bióloga y dueña del taller junto a su hermana. La clave para tratar la cerámica es moldearla con mucho cariño y de forma artesanal. "Nosotros no buscamos la perfección sino lo que luego ese cuenco o taza te da al sentirlo o tocarlo", comenta.
El petirrojo, un pájaro, y un apellido irlandés son las causas del nombre de este taller. "Mi marido es irlandés y su apellido es ‘Robinson’. A mis hijos desde pequeños les han llamado ‘Robin’ como un apelativo cariñoso. Robin es un petirrojo que tiene el pecho naranja y mis hijos son los tres pelirrojos", afirma.
'Más cerámica, menos plástico'
‘Más cerámica, menos plástico’ es un movimiento, creado hace unos años, que fomenta el uso de la cerámica a la hora de elaborar productos como pueden ser jarrones o cuencos en vez del plástico.
Hay pocas cosas que sean más integradoras o más importantes que el medio ambiente. Desde este taller no hacen nada en especial pero la gente se sorprende cuando entra y ve que casi todo está hecho con cerámica, hasta el cubo de basura. La importancia del medio ambiente se puede apreciar con el mero echo de entrar al local y con acciones como reciclar piezas ya elaboradas.
“No hacemos nada en concreto pero en nuestro día a día utilizamos la cerámica en todo que podemos. En nuestro taller, todo lo que puede ser de cerámica lo es. Cuando estoy con niños les hago la pregunta de: ‘¿Qué dura más el plástico o la cerámica?’”, explica.
