En Aragón tenemos una riqueza natural muy difícil de igualar y con una gran cantidad de opciones. Además, hay muchas alternativas tanto para gente más experimentada como para aquellas personas que no tengan tanta capacidad física ni experiencia. Incluso se pueden hacer en familia.
Y ahora que el buen tiempo ya está entre nosotros y que el frío del invierno lo hemos dejado atrás, que el sol "trabaja" más horas y hasta más tarde y que la vegetación está en pleno esplendor por la primavera, hay algunos planes y rutas que se pueden hacer en familia, sin mucha dificultad (pero siempre equípate bien, con ropa y calzado adecuados y comida y bebida de sobra) y que son preciosas. Así disfrutarás con amigos, en familia o con niños de planes empapándote de la naturaleza, los árboles y las flores. Y si eres alérgico, recuerda seguir los consejos que te dimos.
Hayedo Peña Roya en el Moncayo
El Moncayo cuando más luce es en otoño, pero en primavera no se queda atrás. Comienza la jornada o termínala en el centro de interpretación de Agramonte, pero la ruta como tal comienza un poco más arriba, en el parking de la Fuente de Sacristán. No tiene ninguna pérdida y es circular, con un desnivel más que asumible. Pasarás por el Prado de Santa Lucía, un Pozo de Nieve y las ruinas de la Ermita de Santa Lucía. De todos modos, solo ir al Moncayo a andar por cualquier zona es una maravilla, por si no quieres hacer una ruta como tal.
De Bielsa al embalse de Pineta
Puedes partir desde el centro del pueblo, llegar al embalse y volver o, lo que recomendamos, ir a Javierre y regresar a Bielsa en ruta circular. Primero pasa por un bosque de pinos, hayas y musgo hasta llegar a orillas del pantano. Cuando llegues a la presa dirígete a Javierre y continúa hacia Bielsa. Sencilla, de poco más de 5,2 kilómetros, y con solo una cuesta empinada pero que está a la sombra por los árboles. De hecho, el desnivel es de 169 metros nada más.
Pradera de Ordesa y Cola de Caballo
Un clásico que no podía faltar, aunque sí que es verdad que es dura si no tienes una buena condición física porque son más de 18 kilómetros y 778 metros de desnivel. La ruta comienza en la pradera, a la cual en temporada alta deberás llegar en autobús desde Torla para evitar la masificación. Son 9 kilómetros ida y otros tantos de vuelta por un camino sin pérdida alguna, viendo las cascadas de Arripas y del Estrecho, así como las Gradas de Soaso, además de vivir un contraste de naturaleza entre la primera parte y lo que es el valle en sí.
Galachos de Juslibol
Una ruta pensada sobre todo para personas que vivan en Zaragoza o en sus alrededores y que quieran disfrutar de la naturaleza. Son 9 kilómetros entre ida y vuelta desde las afueras del barrio de Juslibol hasta el Centro de Visitantes. Después llega al galacho y las lagunas aritificales y déjate embaucar por su riqueza tanto en flora como en fauna. Si quieres rizar el rizo, sube al Castillo de Miranda.
Circular en los Mallos de Riglos
Es la tura conocida como el "camino del cielo" y comienza en el que, para Le Monde, es uno de los pueblos más bonitos de Europa, que es Riglos. Al ser circular da igual el sentido, aunque uno tiene una pendiente más pronunciada y una bajada más suave y prolongada y el otro al revés, una subida más progresiva pero larga y una bajada más importante. Tiene una longitud de 5,4 kilómetros y un desnivel de 400 metros. Se cubre en unas dos horas y media, pero seguro que cuando llegues arriba, con las fotos, perderás algo más de tiempo.