Marzo está a la vuelta de la esquina y los zaragozanos esperan con ansia la llegada de uno de sus puentes favoritos para hacer las maletas y conocer algún lugar con encanto: La Cincomarzada. Fuera de las fronteras aragonesas, pero a una distancia asequible en coche para hacer una excursión de un día desde Zaragoza, se encuentran varios pueblos y ciudades que atraen cientos de visitantes diariamente por su gastronomía, patrimonio y naturaleza.
A pesar de que el 5 de marzo caiga en domingo, cabe recordar que el festivo en la capital aragonesa pasa al lunes. Mientras, los más pequeños de la casa no tienen colegio ni el viernes 3 ni el lunes 6 por lo que gozarán de 4 días seguidos de fiesta.
Olite
A menos de 150 kilómetros de distancia de Zaragoza se encuentra esta localidad navarra con un casco histórico que te hace retroceder en el tiempo a la época medieval cuando los reinos de Navarra y Aragón rivalizaban para ampliar sus fronteras. El Palacio Real de Olite construido a principios del siglo XV bajo el reinado de Carlos III El Noble ocupa un tercio de la superficie del casco medieval del municipio.
A pesar de sus murallas y torres, el Palacio nunca se concibió como una fortaleza defensiva y fue concebido para el retiro y la paz. A pocos metros de este monumento de fantasía pura medieval se encuentran otras dos joyas como el Palacio Viejo, actual Parador de Olite, y la Iglesia de Santa María en la plaza de los Teobaldos. Además, en la Plaza Carlos III El Noble, la localidad respira vida con sus bares y restaurantes con vistas al Palacio Real.
Logroño
Comida y bebida no faltan en la capital de La Rioja a menos de 170 kilómetros de la capital aragonesa. El tamaño de la ciudad permite a los visitantes pasear por los monumentos y calles más significativos: El Paseo de El Espolón, la concatedral de Santa María de La Redonda; el convento de la Merced, actual sede del Parlamento regional; la característica calle Portales, la iglesia de Santiago El Real, o la de Santa María de Palacio, son algunos ejemplos de interés que no se pueden dejar de visitar.
Otro de los enclaves imprescindibles para llenar el estómago e irte más que satisfecho de vuelta a Zaragoza es la calle Laurel. Esta zona, conocida en los últimos tiempos como "El Corazón de La Rioja", está diariamente abarrotada de cientos de personas que se desplazan hasta allí para devorar las tapas más tradicionales de Logroño, los pinchos o sentarse tranquilamente en una mesa a disfrutar de un plato más elaborado.
Sigüenza
Esta localidad de la provincia de Guadalajara está situada estratégicamente para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado. La Sigüenza medieval, a dos horas de Zaragoza, se ha impuesto a los restos de otros pobladores anteriores como celtíberos, romanos, visigodos y árabes. El castillo en el punto más alto es claramente la joya de la ciudad donde se recogen todos los secretos de sus pobladores.
Otra visita imprescindibles es la Catedral, de origen gótico con sus capillas, o la Casa del Doncel. El largo paseo se puede completar por la iglesia de San Vicente o Santiago. Además, Sigüenza tiene una parte más renacentista y barroca impregnada en todas calles y plaza donde no puedes dejar de pasear por la Plaza Mayor con sus fachadas y arcos.
Soria
Menos de 160 kilómetros separan Soria de la capital aragonesa. Muchos zaragozanos deciden pasar un fin de semana lleno de tranquilidad en la pequeña, pero bonita ciudad castellanoleonesa. La visita debería comenzar por las afueras con un paseo a orillas del Duero hasta la ermita de San Saturio con sus curiosas cuevas para luego hacer una parada en los preciosos arcos del claustro de San Juan de Duero tras pasar por encima del puente medieval.
Después de adentrarse ya dentro de la capital soriana, no puedes dejar de ver otros edificios repletos de historia como la Iglesia de Santo Domingo, la Concatedral de San Pedro, el Palacio de los Condes de Gómara y la Plaza Mayor. Los amantes de la historia también pueden desplazarse hasta el yacimiento de Numancia, un símbolo de resistencia y de lucha de un pueblo por su libertad.
Montblanc
Todos los zaragozanos que alguna vez en su vida se hayan desplazado en coche hasta Salou habrán admirado desde la carretera la muralla de Montblanc. Esta localidad del interior tarraconense desprende belleza por todos los costados comenzando por el Puente Viejo antes de adentrarse entre las casas. Las murallas, que pueden recorrerse a pie, tienen más de 1,5 kilómetros de longitud siendo el mayor recinto amurallado de Cataluña.
El casco histórico es de origen medieval con dos calles que debes patear como la Mayor y la de los Judíos. Tampoco te defraudará la Plaza Mayor del municipio llena de vida con la sombra de sus árboles. Si te gusta visitar iglesias, en Montblanc destacan la Iglesia de San Miguel, la de Santa María y el Convento de San Francisco de Montblanc. Si te sobra tiempo, el precioso Monasterio de Poblet está a solamente a unos kilómetros de distancia del centro urbano.
