La ruta mágica a uno de los lugares más hermosos del Pirineo: aguas cristalinas, hayedos y dólmenes

Aragón tiene parajes naturales increíbles a lo largo y ancho de su territorio. Un auténtico imán para los amantes del senderismo y las rutas donde disfrutar de tiempo de calidad disfrutando de la naturaleza con todo su esplendor.

Las posibilidades que ofrece la comunidad son múltiples y muy variadas. Desde refrescarse en verano en unas pozas hasta gozar de un paseo entre enormes cañones discurriendo por pasarelas suspendidas en el aire pegadas a la roca. Planes hay a raudales, pero si hay un lugar del territorio que es capaza de ofrecer un sinfin de alternativas para atraer a todo tipo de públicos, ese es el Pirineo de Huesca.

Una ruta que todo amante de la naturaleza debería hacer una vez en la vida es la que recorre el paraje conocido como Aguas Tuertas. Ubicado en el Parque Natural de los Valles Occidentales, a escasos kilómetros de la frontera con Francia, se puede hacer con los pequeños de la casa, pero hay que tener claro que tiene una dificultad moderada, con un desnivel acumulado de unos 300 metros y una distancia de 7'50 kilómetros, aproximadamente 3 horas de trayecto.

Un bosque de hayas y pinos

El trayecto comienza en el parking de Guarrinza, donde podemos dejar el coche y comenzar a recorrer la Selva de Oza por una pista forestal. El trayecto está perfectamente señalado y balizado (marcas rojiblancas del GR-11), así que no hay especiales problemas en este inicio.

Caminaremos entre retazos de bosque de hayas y pinos de umbría del Castillo de Acher, a nuestra derecha, y los prados que tapizan el fondo del valle de Guarrinza. La marcha prosigue entre un bello bosque de hayas y pinos del castillo de Acher.

Continuando por el sendero, el camino obligar a ascender por un resalte rocoso por el que el río Aragón Subordán crea un arroyo. Tras cruzarlo, hay que subir por la pista hasta el final del valle, donde lo ideal es subir por un sendero en zig zag hasta llegar al refugio forestal.

En ese punto, la panorámica del valle es simplemente espectacular, con el río Aragón serpenteando de manera sinuosa ante nuestros ojos. Finalmente, tendremos que girar hacia el noroeste para llegar al famoso dolmen Achar de Aguas Tuertas.