Richard Rawlings (30 de marzo de 1969, Texas, Estados Unidos) mundialmente conocido por ser el dueño de Gas Monkey Garage y estrella televisiva del programa Fast N' Loud ha aterrizado por primera vez en España para presentar su último proyecto: un exclusivo Ford Mustang del 1967 modificado para el lanzamiento de nuevos productos en colaboración Beardburys, la empresa española de cosmética masculina.

Rawlings se dedica a la compra, restauración, modificación y venta de coches únicos junto a su equipo del Gas Monkey Garage desde hace más de veinte años. Sus programas que plasman todo su trabajo han dado la vuelta al mundo y en su llegada a España analiza en exclusiva para SPORT, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, su trayectoria, el proceso de modificación del Mustang y confiesa también su coche más deseado.

¿Cómo surgió la idea de montar Gas Monkey Garage?

Gas Monkey empieza todo desde la familia, recuerdo que con mi familia veíamos programas de televisión y eso nos unía, nos gustaba esta manera de jugar y nos pareció interesante meterlo en el mundo automovilístico, en el garaje, al final todo gira alrededor de la familia que es lo que queríamos mostrar al crear Gas Monkey Garage al hacer el programa de televisión. Es algo que surgió alrededor de los 2000 y nuestra idea siempre ha sido mostrar el garaje desde este punto de vista familiar.

¿De dónde te vino esta afición para acabar dedicándote a esto?

Mi padre era aficionado y siempre trabajaba con coches especiales, le ayudaba en el montaje de los coches, lo acompañaba a exhibiciones y crecí fijándome en eso. Siempre estuve en contacto con el mundo del motor, rodeado de coches desde pequeño. Incluso cuando aún estaba en el instituto y antes de poder tener la licencia de conducir ya trasteaba con los coches, los compraba y los vendía y al final siempre he estado metido ahí. 

¿Cómo fueron los inicios?

Hace veinte años ya que esto empezó a coger forma, inicialmente empecé cuando tenía 30 años con muy poco dinero y en un garaje muy pequeño, los inicios fueron bastante duros y el poder acceder a la televisión es lo que nos dio realmente el gran impulso aunque siempre ha habido mucho trabajo y dedicación detrás para que todo esto pudiera salir adelante.

Cuando empezaste con los programas, ¿pensaste que llegarías a tener este reconocimiento mundial? Tus proyectos han dado la vuelta al mundo…

La verdad es que empecé con el programa con esperanzas de que pudiera tener este reconocimiento y conseguimos que tuviera un gran impacto en más de 100 países y fuera traducido en muchísimos idiomas. La idea de lanzar esto y conquistar el mundo estaba ahí y por suerte al final todo ha ido sobre ruedas.

¿Cuál ha sido el proyecto más complicado de llevar a cabo?

Probablemente el proyecto más complicado de hacer fue el del Ferrari F40, un coche que llegó completamente accidentado y fue difícil reconstruirlo y modificarlo porque al final es un coche muy exclusivo y las piezas eran muy difíciles de encontrar.

¿Y el proyecto más ‘loco’ que hayáis hecho?

Posiblemente el proyecto más loco a día de hoy fue cuando modificamos una Volkswagen Van y la cortamos para hacerla más pequeña, con unos ejes más cortos, eso fue un gran reto para nosotros.

Volkswagen Shory Bus de Gas Monkey Garage.

Has modificado una enorme cantidad de coches pero, ¿hay algún proyecto del que estés más orgulloso?

Estoy orgulloso de todos los coches pero el espectacular Ford GT, el súper deportivo que hicimos todo negro fue creo que mi coche preferido de todos los que hemos hecho hasta ahora.

Ford GT modificado por Monkey Garage.

¿Cuál fue tu primer coche?

Mi primer coche fue un 1974 Mercury Comet de color verde, lo compré cuando tenía 14 años y cuando terminé el instituto ya me había hecho con mi tercer coche, un Bandit Trans Am de 1977.

¿Hay algún coche que te habría gustado tener o trabajar con el para modificarlo y que aun no hayas tenido?

Sí, a día de hoy el que me gustaría tener y aun no he podido es el Lamborghini Miura de 1969, ¡ahora mismo son demasiado caros!

Una vez ya tenías tus proyectos finalizados, ¿alguna vez te has replanteado que habría sido mejor llevarlos de diferente manera o hacia otro lado?

Definitivamente sí, ha habido muchas veces que cuando estábamos en el proceso o al terminar hemos pensado que tendríamos que haberlo hecho distinto o tirar por otro camino, pero eso es parte del proceso, puedes tener el mejor plan en mente y luego ver que no era el mejor camino porque te lleva a muchas dificultades con las que no contabas. Siempre miro atrás y pienso que se podría haber hecho mejor o peor, o de otra manera, pero es así, es parte del proceso.

Para la colaboración con Beardburys tenías que modificar el Mustang del 1967 pero como pudiste comprobar antes de empezar a modificarlo, en España hay muchos problemas con el tema de modificaciones y homologaciones. ¿Te ha dificultado mucho esto a la hora de hacer con este coche lo que inicialmente tenías en mente?

Sí, desde luego al final, como has comentado, hay cosas que teníamos en mente en un primer momento con el equipo para hacer pero que no las hemos podido adaptar para modificar este Mustang y nos hemos tenido que adaptar a las regulaciones y normativas del propio país para llevar a cabo el proyecto.

Ford Mustang 1967.

Si no fuera por eso ¿lo habrías hecho muy distinto?

El resultado general no habría sido muy, muy distinto pero sí que habría cambiado pequeñas cosas, por ejemplo, entre otras cosas, lo habría hecho bastante más rápido.

Háblanos de este Mustang de 1967 Fastback en colaboración con Beardburys, ¿Cómo ha sido el proceso?

Primero tuvimos que encontrar el coche, un modelo bastante difícil de conseguir porque es un modelo muy específico con unas particularidades muy concretas y encontrarlo quizás fue lo que más costó. Cuando conseguimos encontrarlo decidimos reconstruirlo entero, renovarlo, cambiarle todo lo necesario para hacer la puesta a punto siguiendo la misma esencia del coche.

Interior del Mustang del 67 de Gas Monkey Garage.

¿Tenías claro qué querías hacer con este coche desde el primer momento?

Entre Beardburys y mi equipo de Gas Monkey Garage llegamos a concretar exactamente lo que queríamos hacer con este coche así que antes de empezar el proyecto teníamos las ideas muy claras de lo que íbamos a hacer para traerlo a España. Además queríamos que el coche también fuera un reflejo del nuevo negocio de la línea de productos que estamos lanzando Gas Monkey junto con Beardburys. Así que también quisimos incluir esos detalles y esa esencia en el resultado final del coche para celebrar el quinto aniversario de la marca y que sirviera de presentación para esta colaboración.

Desde Gas Monkey Garage no solo mostráis lo que hacéis con los coches sino que va más allá, representáis también un estilo de vida y así lo habéis querido plasmar en los productos lanzados junto a Beardburys, háblanos un poco más sobre eso.

Absolutamente, esta colaboración es sobre el estilo de vida y la manera de vivir la vida como representan las dos marcas. Un estilo alternativo, clásico pero atrevido con carácter inconformista y esta colaboración entre Gas Monkey y Beardburys capta esta esencia y va dirigida a este tipo de público.

Richard Rawlings junto al Mustang 1967.

Llevas muchos años coleccionando coches. ¿Cuál es tu preferido?

Es difícil para mí escoger solo uno porque tengo entre 45 y 50 coches en mi colección y entre ellos tengo muchos Mustangs que me encantan y ahora mismo no sería capaz de escoger solo uno.

Para finalizar, cuéntanos alguna anécdota que te gustaría destacar…

Hay muchas cosas que han pasado a lo largo de tantos años pero lo que más me gusta destacar de Gas Monkey Garage es que me siento bien con mis trabajadores y toda la gente que tengo ahí. A pesar de que es un trabajo en el que nos esforzamos mucho a mi me encanta levantarme para ir ahí a trabajar porque es como una gran familia, vas con muchas ganas a trabajar, es algo que nos gusta, estamos unidos y es como trabajar en familia y estoy orgulloso de que mis trabajadores puedan vivir de eso y mantener a sus familias.