Las citas televisivas siempre dejan momentos para el recuerdo, que se viralizan en las redes sociales y que no dejan indiferente a nadie. A los mandos de Carlos Sobera, el programa ha visto pasar a solteros de todo tipo.

En este caso, Jorge llegó al restaurante de 'First Dates' vistiendo un abrigo "petado de pelos de mi perrita y mis gatos" y con el único jersey que tiene que no es de un grupo de música. Y es que Jorge es un fanático del arte: toca el bajo y hace beat box. De hecho, le ha hecho una demostración de su talento a Carlos Sobera.

El soltero ha explicado que sus padres se conocieron en un programa de amor que conducía María Teresa Campos ‘Una carta para Teresa’, se enamoraron y tienen cuatro hijos “Estoy en este mundo gracias a Teresa”. Algo que a Carlos Sobera le ha parecido una señal de que él también se iba a enamorar en la televisión y el motivo por el que, quizás, Jorge se presentara al programa.

Su cita es Nerea, una joven que se define con su "sonrisa", muy risueña y que vive riéndose. "Este es para mí", ha dicho Nerea cuando ha conocido a Jorge, un joven alto, rubio y de Huesca.

Una cita sobre ruedas

Los jóvenes se han gustado y todo lo que iban conociendo el uno del otro les iba encantando. Jorge le ha dicho que él era un currela: “comencé con 14 años arreglando calderas con mi padre y ahora soy carpintero y soldador”. Nerea es enfermera y estaba alucinada con los piercings y los tatuajes de Jorge. Él ha sentido que eso era muy buena señal porque estaban coincidiendo en todo. Tantas estaban siendo las coincidencias que Jorge le ha explicado que era músico, a lo que Nerea ha comentado que está empezando a dar clases de canto.

Jorge y Nerea sentados en la mesa de First Dates CUATRO

Respecto a sus aficiones, Jorge le ha contado que tiene una furgoneta que quiere camperizar y que le gustan mucho los trabajos manuales. Nerea es una apasionada del pole dance y eso a él le ha encantado.

En el amor, Nerea se enamoró localmente de un chico con el que estuvo dos meses, pero no salió bien. Jorge no ha tenido mucha suerte porque él es de relaciones serias y se enamora con mucha facilidad.

En el reservado, los solteros se han sentado muy juntitos y se han dejado llevar. Al enfrentarse a la bola que les invitaba a mirarse a los ojos a menos de 30 centímetros, Jorge le ha confesado que su mano medía 24 cm y ella ha sentido curiosidad “¿Por qué te has medido la mano?”, le ha preguntado. Pero también se ha llevado una alegría: “Dicen que quién tiene manos grandes, la de abajo también la tiene grande y eso también me ha gustado”.

En el momento de beso o morreo, Nerea ha ido a tope y le ha dicho que ella quería un morreo. Jorge le ha gustado mucho y no ha dudado en ocultar lo que estaba sintiendo. Él también estaba encantado y en la decisión final, le ha dado un sí a una segunda cita.