La dura realidad de Juanjo tras su adiós a Operación Triunfo: "Lo daría todo por volver ahí"

Operación Triunfo 23 ha sido un fenómeno televisivo implacable durante muchos meses. Todos los concursantes han hecho las delicias de la audiencia que esperaba con ansia la llegada del lunes por la noche para que Amazon Prime diese en directo una nueva gala. Sin embargo, la fama también tiene sus momentos menos gloriosos y más para unos jóvenes que pasan de ser unos completos desconocidos a tener detrás una legión de fans en cada evento que protagonizan.

La zaragozana Naiara, ganadora del certamen y favorita del público con diferencia, ya confesó hace pocos días en un podcast que la dura realidad fuera de la Academia le está pesando con el paso del tiempo. Estos mismos sentimientos están aflorando en otro de los preferidos de la audiencia. Juanjo Bona se ha ganado el corazón de todos los amantes del programa desde el primer momento. El magallonero ha sido el abanderado de Aragón por todo el mundo alcanzando la cuarta posición en la final de Operación Triunfo.

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Su primer single ya ha superado el millón de visitas y ya está al 100% concentrado en la gira con el resto de participantes que pasará por Zaragoza el próximo mes de junio.

Mientras tanto, Juanjo ha acudido al programa de Laura Escanes junto a Martín para hablar un poco de sus sentimientos tras el éxito en el reality musical. "Tenemos tres vidas opuestas. Durante Operación Triunfo estábamos muy bien, antes decían que luego querréis volver y nosotros no nos lo creíamos. Ahora que estamos fuera, les damos la razón, daba todo por volver ahí. Estábamos los 16, nadie más, ahora tenemos miles de personas detrás con nuestros equipos", explicaban Juanjo y Martín en el programa 'Entre el cielo y las nubes'.

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Uno de los momentos más duros para los dos concursantes fue justo después de terminar la emisión del programa cuando tuvieron la oportunidad de volver a la Academia, que ya estaba siendo desmantelada por los operarios de mantenimiento. "Dimos una rueda de prensa en la que nos contaron todo lo que había sucedido durante nuestra estancia ahí porque nosotros no mirábamos ni el teléfono. Fue duro. Cuando acabó, nos llevaron a la Academia para acabar de recoger todo, estaban ahí nuestros padres y vimos cómo estaban quitando todo... las luces, los suelos, los micrófonos", cuentan Juanjo y Martín.