Carlos, un informático amante de las artes marciales, llega a Pasapalabra para sustituir a Manu
El concursante madrileño ya llevaba casi 200 programas a sus espaldas

Carlos, un informático amante de las artes marciales, llega a Pasapalabra para sustituir a Manu
Irene Roma
Manu Pascual es uno de los concursantes más populares y queridos de Pasapalabra. El madrileño, que lleva meses en el concurso, ha protagonizado duelos impresionantes con su última compañera de rosco, Rosa, aunque también se ha tenido que ver las caras con algunos históricos del programa, como Nacho Mangut.
A lo largo de su trayectoria en Pasapalabra, Manu ha conseguido acumular un bote personal de casi 120.000 euros gracias a sus victorias y empates en los programas diarios. Ese dinero es lo que el madrileño se llevará a casa al abandonar el programa tras no superar la silla azul, algo que no pinta del todo mal dado que se trata de una pequeña fortuna. "Está muy bien", ha dicho Manu refiriéndose a la cantidad de dinero ganada, "hace mucho tiempo que está muy bien. No puedo quejarme".
La silla azul: eliminación directa de Pasapalabra
La silla azul es la única prueba que implica una eliminación directa de Pasapalabra. En caso de que un concursante no la supere (se le permite un error, pero al segundo queda fuera del programa), debe abandonar el concurso de manera inmediata. Otra vía de dar al traste con la participación de alguien en el concurso es que el rival se lleve el ansiado y suculento bote de Pasapalabra, que ya acumula más de 1,2 millones de euros.
En ese caso, quien no se lleva el gran premio del programa también está obligado a dejar el concurso. Así lo establecen las normas, que señalan que el ganador del bote de Pasapalabra acaba su participación en el espacio al haber conseguido el objetivo último del programa, que no es otro que hacerse con el gran bote. Su rival, por su parte, que no ha sido tan afortunado, también debe salir del concurso y, a cambio, se embolsa el dinero que haya acumulado durante su trayectoria en Pasapalabra.
Sin embargo, ganar un bote de Pasapalabra es algo bastante complicado y que sólo sucede muy de vez en cuando. Por contra, caer en la silla azul no es tan difícil: todo lo contrario, puesto que más de un concursante ha tenido que dejar forzosamente el concurso tras perder esta prueba. Ya le sucedió a históricos como Nacho Mangut, quien se enfrentó durante meses a Manu Pascual, o a Jaime, quien se las vio durante mucho tiempo también con Orestes. No es una situación en absoluto extraña en Pasapalabra.
Y, a no ser que se produzca un empate entre ambos concursantes, la silla azul está siempre presente en cada programa diario. Es, de hecho, la primera prueba a la que se enfrenta el concursante que haya perdido en el Pasapalabra anterior y, en caso de superarla, podrá regresar y sentarse con el equipo azul. Si no lo consigue, es inmediatamente expulsado y hasta ahí llega su participación en Pasapalabra.
En el último programa fue precisamente Manu quien tuvo que enfrentar la temida prueba inicial y luchar por seguir adelante con un nuevo aspirante llegado, como él mismo, de Madrid. Su nombre era Carlos y su especialidad profesional, la informática. El nuevo concursante de Pasapalabra, además, también tenía una pasión que compartía con su hija: las artes marciales.
Fue él mismo quien lo reveló y quien aclaró que practicaba judo y karate y que había llegado a ser incluso "cinturón negro de judo" hace tiempo y, en la actualidad, era "cinturón naranja de karate", al igual que su hija.
Carlos también explicó que fue su abuela Benita, una nonagenaria que en apenas unos pocos años llegará al siglo de vida, quien le animó a presentarse al casting de Pasapalabra. Y es que, según aseguró, tanto su abuela como su hija y su madre son muy aficionadas al programa y no suelen perdérselo ninguna tarde. "Fue mi abuela quien me insistió en que me presentase y, al final, le hice caso y aquí estoy", aclaró Carlos con una sonrisa, al tiempo que enviaba un saludo a su abuela.

Carlos, un informático amante de las artes marciales, llega a Pasapalabra para sustituir a Manu / Pasapalabra
Manu, por su parte, destacó que se veía en ese brete después de que en el último programa hubiese decidido arriesgarse y no le saliese bien la jugada. "El último día arriesgué -explicó al presentador, Roberto Leal- y a la vista está que no salió bien, así que ahora aquí estoy", insistió.
"Una grandísima silla azul" en Pasapalabra
En juego estaba la silla del equipo azul y, para conseguirla, sólo una vía: elegir una letra para jugar y acertar todas las definiciones antes de que se produjesen dos errores. Las opciones eran dos: la V y la M. Carlos, como recién llegado, tuvo el privilegio de ser el primero en seleccionar y optó por la V, mientras que la M quedó para Manu.
Enseguida se vio que Carlos había desembarcado en Pasapalabra echando toda la carne en el asador. El aspirante llegaba más que preparado y así lo hizo notar enseguida. Sus respuestas eran claras, seguras, sin atisbo de duda. No fue hasta una palabra especialmente complicada que Carlos cometió el primer error: vivac.
Pero aún tenía otra oportunidad. Todo pasaba por que Manu también tuviese un fallo y el riesgo se dividiese entre ambos. Sin embargo, el error llegó pero de nuevo para Carlos, lo que daba definitivamente al traste con su intención de convertirse en concursante de facto en Pasapalabra. Y es que ese segundo fallo lo condenaba por completo y lo sacaba por completo del programa, mientras que lanzaba a su rival, Manu, a la silla del equipo azul y a pelear de nuevo con Rosa por el bote de Pasapalabra.
Carlos fue, a pesar de todo, un concursante destacado puesto que afrontó la prueba con mucha serenidad y acierto, tanto que incluso Roberto Leal lo hizo notar cuando dio la bienvenida a Manu. "Lo ha hecho muy bien. Ha sido una grandísima silla azul", señaló, a lo que el madrileño confirmó sus palabras: "Totalmente. Venía a tope", refrendó.
Y es que Carlos aguantó un total de "11 respuestas", lo que no está nada mal para ser su primera vez en Pasapalabra. "Venía preparadísimo", destacó Manu una vez más y confirmó Roberto Leal. "Sí, pero la has salvado, así que ahora olvídate y a otra cosa", le espoleó el presentador. Y así fue, puesto que de inmediato lo arrojó a la primera prueba para conseguir segundos extra de cara al rosco de Pasapalabra y a una posible consecución del millonario bote, que sigue sumando y acumulando dinero sin parar.
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