Esta es la fecha más probable en la que Pasapalabra entregará el Bote

El objetivo de cualquier concursante de Pasapalabra es llevarse el Bote, el premio gordo, que actualmente se acerca al 1,6 millones de euros. Manu y Rosa con lo concursante que están luchando por él y ambos llevan más de 100 programas enfrentándose a diario para seguir en a carrera por conseguirlo, pero solo se lo llevará uno.

El mecanismo es de sobra conocido por los fieles del programa. ‘Pasapalabra’ no necesita presentaciones: pruebas como Uno de cuatro, La Pista Musical o Palabras Cruzadas se han convertido en parte del ritual televisivo de cada tarde. Todo, por supuesto, con un único objetivo: sumar segundos para enfrentarse al temido Rosco final. Allí, bajo la presión del cronómetro y la mirada cómplice de Roberto Leal, los concursantes se baten en duelo con las 25 letras del abecedario.

Y si algo engancha tanto como el juego en sí, es la expectativa de ver a alguien llevarse el bote. Una hazaña reservada para unos pocos elegidos que ya forman parte de la historia del programa. El último en hacerlo fue Óscar Díaz, quien se embolsó 1.816.000 euros, convirtiéndose en el tercer mayor ganador del concurso.

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Pero el récord absoluto lo sigue ostentando Rafa Castaño, que en marzo de 2023 escribió su nombre en letras de oro con un bote de 2.272.000 euros. Ahora, los focos están puestos en Manu Pascual y Rosa Rodríguez. Ambos han rozado el premio recientemente, cuando ya ascendía a los 1.582.000 euros. La gran pregunta es: ¿cuándo caerá el próximo gran bote?

La fecha más probable

Aunque el misterio forma parte del atractivo del concurso, los números permiten algunas predicciones. Con un incremento diario de 6.000 euros, el premio podría igualar el de Óscar Díaz a mediados de junio si nadie lo gana antes. Y si lo que se busca es batir el récord de Rafa, el objetivo se alejaría hasta, al menos, octubre de 2025.

Eso sí, en Pasapalabra cualquier tarde puede ser histórica. Cada nuevo Rosco es una oportunidad. Y mientras Manu y Rosa sigan demostrando su temple, la emoción está garantizada. Lo único seguro es que el contador no deja de subir… y que la televisión, en este juego de palabras y nervios, sigue siendo puro espectáculo.