Explicaba Julia Otero en ‘Días de tele’ (TVE-1) que fue concretamente la noche del 5 de octubre de 1990 cuando la televisión en España perdió la virginidad y se lanzó al erotismo y al ‘porno’ con una alegría inmensa. Y evocaba aquella primera emisión 'porno’ de Canal Plus, con el simultáneo contrataque de las otras cadenas que no quisieron ser menos.

Pues sí, aquella misma noche en La 2 programaron la tórrida pelicula ‘Histoire d’O’; en TVE-1 el estriptís sobre piano de una joven francesa llamada Christine –dentro del programa ‘Un día es un día’–; y en Tele 5 debutaron las primeras escuadras de ‘Mamachichos’ calentando a la audiencia a base de tetas al aire y cantando ‘Chin Chin ¡Ay Qué Calor!’. Contaba el productor José Miguel Contreras –que entonces era jefe de programas en Canal Plus– que Juan Cueto, director de la cadena, les dio una fórmula, un método muy efectivo para saber cortar una pelí ‘porno’. Les dijo: "Está muy claro: el estado sólido vale, el estado líquido está prohibido". O sea que en aquel Canal Plus de los años 90 comenzaron a atraverse con el ‘porno’ y enseñaban la turgencia compacta y maciza, pero cortaban con las tijeras cuando comenzaba a brotar la fluidez.

Las ‘Mamachichos’ eran otra cosa. Las primeras las trajo directamente Tele 5 de Italia. Eran seis: Susy, Stephania, Daniela y tres Patrizia. No hacían 'porno', hacían posturas traviesas y se quedaban siempre con el frontis al viento. En ‘Días de tele’ celebraban que esta ‘cosificación’ de la mujer se haya erradicado y se haya abandonado esta manera de hacer tele. Decían: "No es el ejemplo de cómo tiene que estar una mujer en la televisión". 

No estoy tan seguro de que se haya avanzado mucho al respecto. Mirando los ‘realitys’ que sigue fabricando Tele 5, la ‘cosificación’ ahora se proyecta sobre ambos géneros, mujer y hombre. O sea, que el tema no ha disminuido, sino que aumenta. En el festival cornúpeta ‘La isla de las tentaciones’, por ejemplo, en lugar de sacar a los concursantes en pelotas los sacan desquiciados, reventados anímicamente, porque la gracia del programa es inducir a las parejas a que se pongan los cuernos. Y mortifican al pobre cornud@, enseñándole cómo su pareja se encama con otr@. Es un retorcimiento muy cafre. ¡Ahh! Aquellas ‘Mamachichos’ de 1990 eran pura ingenuidad. Lo único que hacían era enseñar las tetas.