Actor, poeta, cómico, dueño de gimnasio, boxeador que logró el campeonato de España de los pesos pesados y de kickboxing... Hovik Keuchkerian (Beirut, 1972), de padre armenio y madre navarra, ha desarrollado a lo largo de su vida muchas facetas profesionales, pero desde que se subiera por primera vez a un escenario gracias al mago Jorge Blass (imitaba a Eugenio mientras el prestidigitador le hipnotizaba) está acumulando un currículum televisivo que quita el hipo, sobre todo gracias a dos series tan aclamadas como 'La casa de papel' y 'Antidisturbios'. El que fuera el malo de 'Assassin's Creed' está rodando ahora la serie de Amazon Prime basada en la exitosa trilogía de Juan Gómez-Jurado 'Reina roja' y acaba de estrenar en HBO Max la segunda temporada de 'The head', la inquietante ficción de Mediapro con un reparto internacional. Su personaje, Charlie, tiene mucho peso, tanto actoral como hablando de la forma más literal: le obligó a aumentar hasta 47 kilos, llegando a los 150. Actualmente ha bajado a los 130, pero sigue imponiendo con sus 1,91 metros de altura, lo que le viene la mar de bien para un personaje que, por cierto, se pasa la mitad del metraje acompañado de una rata.

¿Cómo ha sido rodar con Blanda, esa rata que le acompaña la mayor parte de 'The head'?

Magnífico. De entrada vas a rodar con una rata y me imaginaba... Pues una rata. Cuando llegué allí estaba el de las mascotas con Blanda, pero es una rata de laboratorio, superlimpia, supermona, que parecía un hamster. Había que ver cómo reaccionaba, porque una parte muy importante como ancla para trabajar con Charlie era que su verdadera amiga era una rata. En el guion ponía: "Charlie se pone la rata en el hombro". Y había que ver si la rata se quedaba. Pero sí, fue bonito.

Charlie provoca en el espectador tanta ternura, por su carácter infantil, como miedo, por su imponente aspecto y porque nunca sabes por dónde va a salir.

Es un niño metido en el cuerpo de un adulto. Básicamente, es un niño en el cuerpo de un animal. Está siempre a la sombra de su hermano [interpretado por el otro español de la segunda temporada de 'The head', Enrique Arce], protegido por él, y ve cumplido su sueño cuando, por circunstancias, a su hermano no le queda más remedio que meterlo en el barco con el resto de los compañeros de la tripulación. Y resulta que no es un viaje al uso, sino que se trata de un barco muy especial. Pero Charlie no se da cuenta de eso hasta muy avanzada la movida. Si es que llega a darse cuenta en algún momento... Él está feliz porque tiene algo que no ha tenido nunca, que es una familia numerosa.

¿Se preparó el personaje de forma especial? Porque Charlie no se comporta igual que el resto de la tripulación, tiene una personalidad infantil.

Yo me lo preparé con la misma seriedad que en todos mis trabajos, porque la previa, la preproducción, es la parte que más me fascina de este curro. Como no estaba definido del todo nos sentamos y decidimos que íbamos a hacer a un niño de 9 años sin ningún tipo de retraso, porque metiendo a un niño en ese físico ya estaba la disonancia. Si le añadíamos algún tipo de problema a la hora de hablar, algún tartamudeo, ya lo recargábamos. Así que yo lo que hice fue olvidarme del aspecto de Charlie y jugar a ser un niño. Entonces fue cuando Jorge [Dorado, el director y productor ejecutivo] dijo: "Ya tenemos a Charlie".

'The head' es una serie claustrofóbica. ¿El rodaje también lo fue?

Yo la carga que tenía era el peso, que me tenía machacadas las rodillas. Todo lo que fuera moverme, escaleras, cuando tenía que hacerlo lo hacía, pero llevaba una sobrecarga de peso potente. El tema de la claustrofobia tal vez en mi caso ha pasado a un segundo lugar, porque mi tamaño era tan grande que lo que quería era estar focalizado en eso, en no hacerme más daño del que ya me estaba haciendo. Por eso tampoco tengo recuerdo de haber sentido claustrofobia. Aunque era impactante grabar en el barco por el ruido, por el olor, y al imaginarte el trabajo que hace esta gente durante muchos días en alta mar.

¿Sus 10 años como boxeador le han servido para dar forma a este personaje?

Yo lo que he digo siempre es que no sería la misma persona si no hubiera boxeado 10 años. Si quisiera quitarme mi pasado como boxeador no podría hacerlo, no podría construir un personaje sin haber sido boxeador porque no sé lo que es. Sería un actor diferente si no hubiera boxeado. Un actor busca la verdad cuando interpreta y para mí el boxeo es, en esencia, verdad. Suena la campana y lo que ocurre es verdad, así que claro que eso también funciona en Charlie. Pero a mí principalmente lo que me ha enseñado el boxeo, aunque haya acabado en esta profesión de actor que me enamora y me fascina, es a entrenar, el arte de la repetición. Si no tiras bien el directo de izquierda, pues tíralo mil veces. Pues aquí se trata de hacer lo mismo con un personaje.