Tanto Alberto Fernández como Fátima Gálvez son dos deportistas altamente experimentados en citas olímpicas. Para el tirador madrileño los de Tokio serán sus cuartos Juegos, los terceros para la andaluza. Ambos comenzaron en el tiro olímpico por tradición familiar y quedaron enganchados. Desean estos Juegos como si fueran los primeros y aspiran a todo. “Son unos Juegos muy deseados. Se aplazaron pero no nos quitan la ilusión y las ganas de que llegue el momento para competir y dar lo mejor de nosotros”, asegura Fátima.

El hecho de que apenas asista público en las pruebas olímpicas puede ser incluso beneficioso bajo el prisma de Alberto: “Estamos acostumbrados a competir sin público. En otros Juegos tienes ruidos, jaleo en la grada no estamos acostumbrados a eso, así que por un lado va a ser bastante cómodo”.

Están convencidos de que su experiencia en los Juegos les ayudará a conseguir por fin una medalla olímpica: “Hemos aprendido de los errores y hemos ganado en madurez. Ser los cuartos Juegos para Alberto y mis terceros nos proporciona primero el disfrute y sobre todo la experiencia lo que da mucha tranquilidad”, opina la de Baena, que en Londres acabó quinta y en Río cuarta.

Alberto y Fátima participarán en Individual y mixto y en ambas modalidades aspiran al máximo: ”A mí me gusta ser muy optimista y creo que en individual podemos hacer un papelón. El objetivo es entrar en la final y después luchar por las medallas. En el mixto no es para tirarnos flores pero tanto ella como yo hemos demostrado que somos capaces de ganar y conseguir medallas”, recuerda orgulloso apelando a su fornido palmarés.

Quieren la medalla olímpica

Triunfan en Mundiales y Europeos pero falta la guindilla de los Juegos: “La competición es la misma, simplemente tenemos más carga mediática en los Juegos y esto hace que estemos más en el punto de mira. Los rivales son los mismos, se trata de saber gestionar tanta repercusión mediática”, advierte Fernández.

Fátima, que muestra una gran complicidad con Alberto, explica que “la diferencia entre el que gana y el que se queda en las puertas de la medalla es un plato. De un día para otro eres un tirador diferente por circunstancias climáticas, personales… afecta mucho la parte psicológica. En medio segundo te juegas un plato. Todo lo enfocamos en trabajar este momento”.

Aseguran que “nuestros rivales somos nosotros mismos. Somos los que tenemos que controlar esa precisión, respirar, tranquilizarnos y saber que tenemos que romper el plato. Yo no puedo romper el plato de Alberto ni él no puede romper los míos”. 

En cuanto a los objetivos en Japón no dudan: “Ganar una medalla” dice Fátima, mientras que Alberto lo tiene claro: “Pasármelo de p. madre, ser feliz y disfrutar, con eso yo he ganado ya”, pero Fátima le replica: “Lo que dice Alberto pero además con una medalla. Y si pueden ser dos mejor y tres mejor que mejor”.