Jesús Vallejo tendrá la posibilidad de vivir de primera mano la experiencia de competir en unos Juegos Olímpicos, evento que ha seguido desde muy pequeño cada cuatro años «como un aficionado más». Y lo hará, ni más ni menos, que capitaneando a un equipo que peleará por llegar a lo más alto en Tokio.

La selección española, que lleva ya una semana en tierras japonesas aclimatándose para estar al cien por cien en el torneo, debutará el jueves contra Egipto en el primer partido de la fase de grupos, en la que el combinado nacional se medirá también con Australia y Argentina por un puesto en los cuartos de final. La falta de público en las gradas será un punto negativo en la experiencia olímpica para Vallejo. «Se pierde un poco la magia de un evento como este», admite un resignado Vallejo.

El defensa, propiedad del Real Madrid, se formó en las categorías inferiores del Real Zaragoza hasta convertirse desde muy joven en un baluarte del equipo y referencia absoluta de la zaga zaragocista, hecho que le valió su fichaje por el conjunto madrileño, que se hizo con sus servicios como una apuesta de futuro.

Tras pasar por varios equipos, el último año y medio Vallejo ha estado cedido en el Granada y, debido al buen hacer del equipo, el defensa por fin ha podido contar con más continuidad y una buena cantidad de minutos, por lo que llega a Tokio «con toda la confianza del mundo» y en uno de sus mejores momentos físicos de los últimos años. El zaragozano nunca ha olvidado cuáles son sus raíces y vuelve a su tierra siempre que sus compromisos se lo permiten. Prueba de ello es que, antes de concentrarse con el resto de sus compañeros de selección, Vallejo estuvo preparando la cita olímpica en las instalaciones del Real Zaragoza, club al que espera poder regresar algún día.

Una experiencia única

Aunque poco a poco va ganando peso, el fútbol como deporte olímpico es un caso excepcional porque su importancia en el evento deportivo más grande del mundo siempre se ha considerado relativa. Además es el único deporte de los Juegos que tiene una limitación por edad, que son los 23 años (24 en Tokio por el retraso de un año por la pandemia).

Por ello, el deseo personal de Vallejo es «saborear y disfrutar» cada minuto de esta experiencia, en su caso única. «Otros deportistas tienen la posibilidad de estar en tres o cuatro Olimpiadas, pero en nuestro caso (hablando por los futbolistas) lo más probable es que solo lo vivamos una vez en la vida», explica el central. Amante de todos los deportes, especialmente del atletismo y el balonmano, a Vallejo le hace especial ilusión coincidir con deportistas  que ha seguido durante sus carreras y desea poder presenciar alguna competición de otros deportes en directo, aunque duda de esta posibilidad ante las restricciones impuestas por el covid.

"Si estamos a nuestro nivel tenemos muchas posibilidades de lograr algo bonito"

La selección española, que consiguió su clasificación a los Juegos Olímpicos por todo lo alto al hacerse con el título en el Campeonato de Europa sub-21 que se disputó en 2019 (en el que también estuvo presente Vallejo), llega con un equipo muy potente y compensado. Varios jugadores que disputaron la última Eurocopa con la absoluta se han apuntado también a la cita olímpica y los futbolistas no piensan en otro objetivo que no sea tocar metal, a poder ser el oro. «Si estamos a nuestro nivel y hacemos las cosas bien tenemos muchas opciones de lograr algo bonito», asegura un confiado Vallejo, que como capitán es una voz autorizada en el vestuario español.

 Pero el central zaragozano tiene claro que no va a ser nada fácil debido a la exigencia de una competición que no admite margen de error. Es por eso que sabe la importancia de no perder la concentración en ningún momento. «Si todo va bien, podemos llegar a disputar seis partidos en 18 días. Va a ser clave la fuerza del bloque más que las individualidades. Tenemos que estar todos preparados para salir a jugar en cualquier momento», considera el jugador aragonés.

 Aunque no vaya a poder estar acompañado en esta experiencia por su gente, Jesús Vallejo está convencido de que tanto los zaragozanos como los aragoneses en general estarán animando desde sus casas a la selección en su andadura en el torneo olímpico y espera «representar a nuestra región de la mejor manera posible» en una cita tan especial para el futbolista.

Tras los Juegos Olímpicos, y si no hay novedades en el mercado, el futbolista hará la maleta dirección Madrid para ponerse a las ordenes de Carlo Ancelotti, con el deseo y único objetivo de hacerse con un hueco en la plantilla del conjunto blanco .