A Pedro Ocón de Oro, el rey del jeroglífico, le preguntaron un día cómo nacían sus ingeniosos acertijos. Ocón de Oro hizo un alto en el camino, miró a los periodistas y con su bastón dibujó en el suelo una misteriosa U . Una U y nada más. Ahí tenéis la respuesta, les dijo a los entrevistadores. No sé si pasaron unos minutos o unos años, hasta que la U quieta en el suelo reveló la respuesta. O si fue el propio Ocón quien se apiadó de los atónitos informadores y les dijo: la respuesta a vuestra pregunta es "U- sólamente (Uso-la mente)" . Asunto resuelto.

El caso es que lo del dibujo de la U me asalta muchas veces, aplicado a otros asuntos, a otros caminos. Si la realidad no lleva un cartel debajo, me quedo flotando a falta de una explicación. Todo se me vuelve un jeroglífico.

Hace unos días, por la mañana, me acerqué al Palacio de la Aljafería para ver la gran exposición de Aragón, de Reino a Comunidad. Diez siglos de encuentros . En la puerta me dieron a elegir entre ir solo o en grupo, es decir, a mi aire o con explicaciones. Pese al temido Peligro-U, ya descrito, preferí ir a mi bola, pero sin perder de vista a dos grupos: uno de un colegio y otro de un club de mayores. Ir a la Aljafería a ver una muestra supone siempre disfrutar de una exposición doble, con este palacio que es un río de historia.

Embutido entre los dos grupos, en varias ocasiones pegué la oreja. Se notaba que en el sector escolar, los niños tenían que hacer luego un trabajo en folios cuadriculados. Los alumnos no perdían ripio de una explicación con toque doctoral. En cambio, en la de los jubilados, la cosa era más liviana. Así fui yo, entre dos aguas, entre dos velocidades. Fuera del recorrido, la diputada Blanca Blasco me comentó que muchas veces ella misma se escapa por estos pasillos llenos de historia. Así se relaja. Con eso y con alguna intervención parlamentaria de choque.

Fuera, por el camino de la explanada, avanza, a un móvil pegado, el arquitecto Mariano Pemán, mientras que por la puerta de Centro de Estudios Islámicos se asoma Luis Franco, autores de este nuevo espacio por el que Zaragoza mirará a la Meca e investigará en la historia.

Alrededor de esta Aljafería tan bien explicada no existe el llamado Peligro-U, la posibilidad de quedarse con la ignorancia y las dudas a cuestas. En estos diez siglos, la historia se explica a grandes y pequeños. Y sin jeroglíficos.