El soterramiento de las vías en Zaragoza fue a remolque de la presión popular, mediática. Ni Luisa Fernanda Rudi ni sus edecanes querían hacer nada. Hubo que forcejear para conseguir lo obvio. Los alcaldes no defienden a la ciudad y sus gentes, se defienden a si mismos ante el partido. Y el partido va a su aire español, a pasar las vías con el menor gasto y el menor tiempo posible, aunque esas prisas y esa desatención signifiquen masivas subcontratas y peones caídos de los andamios. Secretismo extremo del GIF. Preocupación de los vecindarios. Nada de dobles vías. La capacidad de las vías nace ya colapsada. Zaragoza soporta el mayor tráfico de mercancías de España. Las autoridades buscan encaramarse a la pirámide de mando, no se saben enfrentar a sus jefazos cinegéticos, todo sí, bwana . Información cero.

Lo más alarmante es que en San José se dejan 300 metros de vías sin cubrir. Y que nadie explica nada. Si la obras sólo sirven para que pase el ave, si no han de servir para mejorar la vida humana de cada día, se para la obra y punto. Igual que con los trenes convencionales del Alto Aragón. No son un problema aparte. Hay que negociar todo el paquete antes de que corten la cinta de alta velocidad y desmantelen el resto. Aplicando el criterio de que los peones caídos son irrelevantes para el resultado final, puede ocurrir que el hormigón sea del todo a cien. Las garantías han de ser básicas y universales. Que se reúna la comisión tripartita (Fomento, Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza), que digan algo. Rudi se colocó en la pérgola, y ahí se ha quedado la nueva cicatriz, que no hay quien la tape. La ciudad asiste estupefacta a esta desidia. Se aprovecha para cauterizar una cicatriz horrenda (por presión ciudadana), décadas de muro de vías en las Delicias, y se deja en San José el mismo agujero. Vejación e infamia. Ingeniería de la ocultación y abandono de la ciudadanía. Pasan los días, pasan los trenes, caen los consejeros, caen los peones de los andamios, y en San José va quedando ese tajo. Nadie sabe ni dice a qué altura va a quedar la sutura entre Delicias y Almozara, si habrá rampas escartinas y escalextric de rizo.

El alcalde, en la recta final, debería dar la cara, hacer visible al ministro del ramo. Que la obra más importante deje de ser secreta.

*Escritor y periodista