Señor Aznar: Me llamo Uday y tengo 12 años. Le escribo desde Bagdad donde vivo con mi madre, mis hermanos y mis abuelos porque mi padre murió en la Guerra del Golfo. Hoy me he quedado en casa porque tengo fiebre, pero como aquí no hay medicinas pues me tengo que aguantar, y por eso aprovecho para escribirle. Verá, desde hace un tiempo todo ha cambiado aquí. Mi madre no nos deja salir a jugar a la calle porque dice que, en cualquier momento, puede empezar la guerra, y en la escuela todos los días nos están poniendo canciones de soldados. Hay desfiles de militares, y el presidente aparece mucho en la tele para decir que si nos atacan, nosotros responderemos y lucharemos hasta el final. Dice también que nos ayudarán otros países hermanos. ¿Es que nos van a matar a todos? ¿También a los niños? No puede ser, yo quiero ser astronauta y mi hermana Samira, médica. ¡Tengo miedo! Usted no me conoce, pero yo a usted sí. Le veo mucho en la tele con otros presidentes hablando de las armas que --dicen-- tenemos aquí. Creo que usted habla mucho con el presidente de EEUU así que me atrevo a pedirle que le diga que no ataque a mi país, que todo se puede arreglar y que si lo que pasa es que Sadam ha hecho algo malo pues que se unan todos y que lo quiten. A mí me da igual pero, por favor, que no nos ataquen. Perdone, sr. Aznar pero ahora me dice Samira que me he equivocado, que usted está al lado de los americanos y que igual se enfada con esta carta. Probare en otro lado, a ver si tengo suerte. El caso es que no me quiero morir- *Periodista